Hacia la contienda por la paz - Raul Sergio Schtudiner

Hacia la contienda por la paz:
Como hombre de paz, estoy convencido que ella solo se obtiene defendiéndola con sabiduría, madurez, anticipación y determinación.
Soy como la gran mayoría de las personas de origen judío, pacifista, paciente y tolerante, pero no debemos confundir gordura con hinchazón. El terrorismo extremista islámico tiene como único objetivo lo escrito en el Corán; donde se premia al que cree a rajatabla en esas escrituras y donde se ordena perseguir y combatir sin perdón ni piedad; primero al judío y luego al infiel; el que alcance a leer ese libro, comprenderá la constante inculcación a la lucha y muerte del que no piense o sea como ellos; habla de amor en forma ambivalente y solo para el que se rinda ante sus condiciones, es la religión que tiene una sola constante; proselitismo violento y eliminación de los que no los acepten como religión excluyente y única.
Ellos hablan de su unidad ideológica como fuerza combativa en palabras textuales, para eliminar al que piensa distinto y se le alecciona para no deponer las armas en ningún momento; culpando a los demás, de mil y un complots, es una religión de guerreros en conquista de un imperio y usan la dialéctica como arma, extrayendo lo mejor de cada otra religión para captar adeptos.
Nosotros debemos combatir todo esto, por nuestra libertad y la supervivencia del mundo no esquematizado y con diversidad de opiniones, aprender de sus escritos, para saber de sus malas intenciones; ellos han separado a la sociedad moderna en forma inteligente, pues divide y triunfarás; usan nuestros diarios, televisión e Internet para propaganda en favor de sus objetivos finales, que es el de apoderarse de nuestras mentes y voluntad en pos del gran imperio islámico.
Esto no se puede subsanar con lindas palabras y amor hacia el prójimo, ellos en sus fueros internos no te consideran como tal y solo te ven como a un objeto que si no es maleable, es digno de eliminar definitivamente.
Aprendamos a usar los medios de comunicación como se debe y abramos los ojos del mundo, expliquemos a todos de sus intenciones aviesas, que ellos están aleccionados para usar la palabra paz, para que cedamos ante el temor a la guerra que seguimos postergando, hasta que ellos sean más fuertes que nosotros, por que nosotros hemos aprendido a amar la vida como nos enseñan las otras religiones no Islámicas, mientras ellos siguen pensando solo en el poder de la fuerza y en la guerra final.
Yo no pido un combate armado, aunque si fuere necesario no escondería la cabeza bajo la almohada para no oír ni verlo; yo pido ¡Por favor! Eduquemos y mostremos al mundo la verdad, que todos hagan oídos sordos a los cantos de sirenas y que no nos dejemos convencer, pues las verdades inventadas por ellos, solo son puras MENTIRAS; si cada uno de nosotros sabe la verdad y se mantiene firme en sus propios objetivos, ellos no crecerán ni se apoderarán de nuestra sociedad; aunque sí permanecerán con las malas intenciones de la batalla final disimulada bajo la capa de lástima, piedad, pobreza armada y millonaria o falsas víctimas.
Seamos fuertes y no aflojemos ni bajemos las defensas de nuestro mundo, hablemos por los medios, en la ONU y en toda entidad que peligra de permanecer en pie, comprada por negocios espurios, tanto ellas como sus dirigentes, que se hacen millonarios por haber pactado con el diablo.
Hoy se llama, Siria, mañana Irán y pasado no se como se llamarán, ellos son unas cucarachas, que permanecen por miles de años y que si les das un golpe se vuelven a levantar, si le pegas más fuerte y pierden una o dos o tres patas, continuarán intentando su objetivo; son como el alacrán o el escorpión; si les ayudas o tiendes la mano en un momento de peligro, no pueden con su genio e igualmente te picarán, provocando tu muerte definitiva, porque no eres de la misma especie.
Raúl Sergio Schtudiner
Nota del escritor: Todo lo expuesto está fundamentado y documentado por la lectura del Corán, al que no es fácil acceder o interpretar, pero que recomiendo para que conozcan en su verdadera letra y no en adaptaciones filtradas y acarameladas.