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« Carta de Sarah | Inicio | Mi Enfoque #226 Marzo 7, 2008 »

El campo, el gobierno y la gente...

imagen gus.bmp
Por esas cosas que tienen los desinformadores capitalinos, quise saciar mi sed de conocimiento y entender cual era la realidad, tratando de mamar desde la misma teta de los hechos, así que agarré mi bicicleta (bah, la de mi hijo), me prendí al farolito trasero del primer camión con chapa brasilera en la Panamericana, encomendándome al Todopoderoso para llegar sano al nacimiento de la ruta 14 donde estaba previsto que hicieran el piquete la gente de campo.
Con el tujes maltrecho por tanto pozo y tanto parche, llegué a Ceibas, donde un grupo minúsculo de personas, arriba de un montículo de tierra de unos 15 metros de alto, otereaban los accionares de un grupo de muchachos del gremio del transporte. Las quise interrogar amablemente, pero con pocas pulgas, me invitaron a tomármelas bajo amenaza de practicar culopatín en dicha montaña.
Ante tal afrenta me corrí hasta la posta de los transportistas. Me encuentro con mi amigo José Palodegoma a la cabeza de la plácida estancia armada con encerados, reposeras, vino y asado a las brasas recién encendido.
- "Estamo Gus, porque lo del campo dijeron que iban a cortar acá en Ceiba, pero no, están 40 Km má arriba".
- Pero porqué? acá hay asado como para 50 personas!! Cuántos son ustedes además de ser grandotes?
- "Somo lo que somo, lo compañero nos pidieron que viniéramo en apoyo para que no haya despelote"
Lo dejé a José dando vuelta las mollejas, le robé una rodaja de morcilla vasca cruda con nueces y un cacho de pan, me subí a la bici, me agarré de otro farolito y me encaminé por la 14 hacia Gualeguaychú.
La fila de autos y camiones era verdaderamente una longaniza. Me aproximé y me encuentro con Don Eusebio Boinavasca al frente del piquete discutiendo con un camionero que, atravesando su camión en la ruta, dijo:
- Si yo no puedo pasar, no pasa nadie
Desde adentro del camión se escuchaba al pelado Cordera cantar: "...vengo buscando pista, me aburre tanto este río, no doy más, no va más, No doy más! Si!, quiero algún lío..." y vaya que lo encontraron....
Mientras Boinavasca lo entretenía, otro productor agropecuario sacó su Vitorinox de su riñonera Gucci, dejando caer al piso algunos euros, que se confundieron con las mercaderías desparramadas por el piso y con los ojos irritados emprendió un ataque hacia la rueda delantera del camión, intentando tajearla infructuosamente. Al ver esto el camionero lo increpó acusándolo de loco. El productor agropecuario emprendió raudamente huída, pisando con sus botas texanas un montículo de excrementos de ñandú,
Al ver a Boinavasca haciéndose el tonto, silbando y tratando de despegar de ese entredicho, lo interrogué:
- Todos estos camiones demorados, cargados con productos del campo, cuando los liberarán?
- En cuanto se dé marcha atrás con las retenciones, liberamos la ruta. Nunca antes estuvimos más unidos los del campo.
- Pero esos camiones, fueron enviados por los productores agropecuarios, eso quiere decir que no es un paro, es un loock out de abastecimiento.
Boinavasca se alejó mascullando palabrotas mientras se acomodaba un rulo rubio que se le escapaba de la boina.
Más desorientado que antes y tras escuchar el anuncio del paro indeterminado por los productores rurales desde su bunker capitalino, me volví para la capital, parando nuevamente en Ceibas para clavarme un choripan moyanesco al pasar.
Para cuando llegué, la Kristina ya había ladrado tras la tocada de cola de los campechanos y la gente "como uno" de los barrio paquetes de la capital, salieron a mostrar su enfado por doquier, eso si, en la avenida Santa Fe y Paraná. Me corrí hasta ese lugar y encontré a mi vieja amiga Lucila Amanda Amanecer Campeche viuda Tractor, que estaba con una ponchera de cristal de Murano en una mano y una minipimer en la otra, tratando de hacer ruido sin éxito y le pregunté cual era la razón de su ira...
- Pero nada, viste, esta populosa, botoxada, zurda e irrespetuosa, no puede decir lo ha dicho, viste? porque todos comemos y vivimos adecuadamente del campo como nos merecemos y no puede ser que tenga que resignar uno de mis seis meses en Saint Trope para alimentar a un negro villero...
Le di un beso en la frente, le dije que si no enchufaba la minipimer a un toma corriente, nunca funcionaría y me fui a Plaza de Mayo, donde se estaban concentrando los referentes defensores del campo. Hay que ver con que altura insultaban a toda la dirigencia, solicitando que se vayan todos, con que buen gusto golpeaban las ollas de presión teflonadas con sus respectivas tapas y con qué elegancia llegaban en sus limusinas y autos privados con chofer.
Pero les duró poco, porque el piKetero D'Elías copó la plaza, con 30 seguidores, intentando abrazar a los piqueteros de la abundancia, quienes huyeron despavoridos tapándose la nariz, persignándose y agradeciendo el no haber sido tocados.
Como seguía sin entender nada, le pregunté a un transeúnte, Juan Boliche de Pueblo, que opinaba y me dijo:
- No se macho, yo lo único que sé es que hoy en mi mesa no hay pan, ni carne, ni leche... que al supermercado sólo se puede ir a tomar un poco de fresco y charlar con los repositores que juegan al truco entre las góndolas.. pero por otro lado tengo que agradecerles a la gente de campo, que gracias a ellos, me ahorraron la internación en lo de Cormillot.. en estos días, ya bajé 4 kilos...
Agradecido, me fui a mi casa a pensar que hacer... si arroz o fideos....
 
 Con el respectivo respeto a Tato, César Bruto y Aldo Camarota.
 
Gus
26.03.2008

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