Este es el primer de una serie de cuatro correos que tocare un tema un tanto delicado.

Como dice el titulo, la violencia física, a manera de mera reflexión, no es que me quiera hacer el psicólogo, pero creo que la vida me ha enseñado algo y quiero compartirlo.

Comenzare desde el principio, para mí nadie nace malo ni bueno, eso de: “Hay que entenderlo/a  es así”, para mi no va. Uno  cuando crece en la vida va aprendiendo valores, imitando conductas y sobre todo iniciando eso de relacionarnos con los demás que primero comienza como un juego pero a una edad determinada deja de serlo.

Y algo que se hereda es precisamente eso también, la violencia, si recibiste violencia en tu vida o fuiste testigo de ella en una casa con problemas, seguramente te sentirás impulsado a seguir ese circulo vicioso y trasmitir esa violencia a las personas que están cerca de ti.

Si así se comienza, el golpeador saca a la victima que tiene adentro para justificar sus actos, quizás antes o después de golpear se lo puede escuchar decir: “¿Por qué nadie me comprende si no es mucho lo que pido? “,” ¿Por qué me provocas?” etc, etc, etc…y si lo perdonas dándole un mal uso al  amor, porque el verdadero amor comienza con uno mismo , la Biblia dice que :”hay que amar a los demás como a uno mismo” ,primero nos tenemos que valorar nosotros para poder encontrar el  valor en los demás y eso nos llevaría alejarnos de la persona que nos cause daño. Pero supongamos que no lo hagas y lo perdones con la esperanza que cambiara, es muy raro que  suceda, lo más probable es que socave tu autoestima y realmente llegues a pensar que tú eres la culpable de su reacción y en ese momento dejarías de tener una vida digna y comenzarías a vivir bajo la  sombra de su ira.

Autor del texto: David