EL NUEVO HERALD

(THE MIAMI HERALD)

Opinión  

Publicado el viernes 14 de septiembre del 2007

JAIME S. DROMI

Posiblemente deberíamos tratar de comprender un poco más la cultura árabe, aunque jamás podamos justificarla. Los derechos humanos básicos, entre los árabes, no tienen prioridad alguna. Gente languidece por años en las cárceles de esa región por no darle una propina a un policía, padres encarcelados expían algún pecado político de un hijo, o hijos en prisión, expiando alguna acción del padre. Una de las costumbres árabes es la poca importancia que dan a las mujeres, no son más que parte de la propiedad del marido, como una cabra o un mulo. En un periódico de Siria está la noticia y en varias páginas web circula un nuevo video en el cual se ve a una mujer lapidada hasta la muerte por una enfurecida muchedumbre, un acto cuya finalidad declarada era la purificación del honor familiar.

Una de las reacciones que oímos sobre este crimen fue: ''Estos asesinatos en nombre del honor efectivamente ocurren a menudo, pero no de una manera tan brutal''. ¿Será que quieren justificar estos asesinatos con la excusa de que el asesinato está bien, pero que los asesinos no deben mostrar una brutalidad tan grande? Diana Mukkaled escribe en el periódico Asharq al-Awsat y dice que todas sus columnas y la documentación que presenta no ayudan a mover la conciencia del pueblo, ya que los árabes tienen sus ideas y costumbres. Sin embargo, de las 22 naciones árabes 20 están aliadas a nuestro país y son las que alimentan con petróleo a casi todos los países industrializados, especialmente a los EEUU y Japón. Es importante recordar este factor cuando discutimos nuestro futuro en la región del Medio Oriente y las necesidades de los Estados Unidos, especialmente cuando se trata de la vuelta a casa de nuestros soldados.

Estuve horas observando las sesiones del Congreso y al día siguiente las del Senado durante el reporte presentado por el general David Petraeus y el embajador Ryan Crocker. Es casi increíble la ignorancia que demuestran ciertos legisladores sobre las necesidades de la seguridad nacional. Las razones políticas y económicas de los EEUU para luchar en Irak y en Afganistán no estaban limitadas a derrocar los regímenes brutales que los gobernaban. Ni las tropas de los EEUU pueden salir de Irak porque ese país está en el lugar más estratégico del Medio Oriente, desde donde pueden contener a las fuerzas de Siria y de Irán y también garantizar la posibilidad de que el petróleo siga fluyendo hacia nuestras costas. Si las tropas americanas salen de Irak, ese vacío va a ser llenado inmediatamente por Irán, ya que ambos países son chiitas. Esa potencia que se formaría haría caer, como un dominó, a los gobiernos de Arabia Saudita, de los Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Dubai, etc. y los agregaría a su territorio, para comenzar a formar el Gran Califato Mundial.

Actualmente nuestras fuerzas están ocupadas en las operaciones tácticas para ayudar a la población iraquí (protegerla de terroristas, suministrar electricidad, defender la Zona Verde, etc.), pero si el gobierno de Irak, el nuevo ejército iraquí y el pueblo no ayudan y toman a su cargo estas funciones, el comando americano se volteará directamente a las operaciones estratégicas y se afianzará en bases apropiadas para obtener los objetivos que mencioné arriba y sólo lucharán contra Al Qaida, y dejarán a los iraquíes saldar sus cuentas por sí solos.

Si pensamos en nuestros muertos, ellos son la gloria de nuestro país y roguemos por su descanso en paz; por nuestros heridos haremos lo posible y lo imposible por darles un buen futuro; y si pensamos en nuestros costos, pues nos quedaríamos en Irak hasta que nos terminen de pagar esa deuda.

En estos días se festeja el año nuevo hebreo (5768) y es costumbre desear a los familiares y amigos que tengan un año de salud y alegrías, un año de felicidad, amor y plenitud, un año de bienestar económico y tranquilidad espiritual. En estas circunstancias me acompaña mi esposa Miryam y el resto de mi familia, rogándole al Todopoderoso que confirme estas bendiciones. ¡Amén!