Mi Enfoque #173, 20 de diciembre, 2006
En este número:
· Un debate superfluo: ¿Israel debe ser un estado judío o un estado democrático?
· "Carter, Jimmy Carter"
· Las pildoritas Carter para el hígado
· Los idiomas que se hablan en Israel
· ¡Buenas noticias! ¡Ben Gurión es el mejor aeropuerto de Europa!
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Un debate superfluo: ¿Israel debe ser un estado judío o un estado democrático?
Está de moda, en algunos círculos, debatir si Israel debe ser un estado judío o un estado democrático, dando a entender que hay contradicción entre ambos términos. Para los que participan en el debate, si Israel es un estado judío no puede ser democrático, y si es democrático no puede ser judío sino binacional.
Es un debate superfluo e irrisorio. En casi todos los países del mundo hay una o más minorías, que se caracterizan por su identidad étnica, lingüística, o religiosa, diferente de la mayoría de la población. Si el país es democrático las relaciones entre mayoría y minoría son de mutuo respeto y consideración. La minoría reconoce y acepta que el carácter de la nación lo da la mayoría. Y la mayoría, por su lado, reconoce y acepta el derecho de la minoría a usar su propio lenguaje, a disfrutar de su propia cultura, y a practicar su propia religión. En Israel hay 7 millones de habitantes, de los cuales 80% son judíos, y 20% son árabes, primordialmente musulmanes, pero también cristianos y drusos.
Es decir, Israel es un país judío y sionista por gran mayoría.
En Israel, los árabes tienen el derecho de usar su propio idioma, el cual es idioma oficial en Israel, a la par que el hebreo. Los árabes estudian en colegios árabes, y practican su religión con toda libertad. Tienen derecho al voto, tanto hombres como mujeres, y eligen representantes a la Knesset. Se les encuentra en hospitales y universidades, como médicos, pacientes, profesores y estudiantes.
Es decir, Israel es un estado democrático donde los derechos de la minoría son reconocidos y respetados.
En Israel la minoría árabe no sólo goza de iguales derechos, sino que está exenta de la obligación de servir en el ejército y defender al país. Cuando se ha propuesto que los jóvenes árabes, ya que no hacen servicio militar, presten servicio civil de dos años a su propio pueblo o comunidad, los dirigentes árabes se han negado rotundamente.
A diferencia de las minorías en otros países (por ejemplo, los latinos que constituyen el 13% de la población americana, o los musulmanes que son el 12% de la población francesa), la minoría árabe en Israel es hostil al estado. No reconoce al himno o a la bandera, insiste que el país se vuelva binacional, y exige que la población árabe tenga representación separada en los foros internacionales. La negativa de aceptar a la mayoría y la hostilidad que muchos de ellos sienten hacia el país hace que muchos judíos los consideren una potencial quinta columna.
Avigdor Lieberman, del partido de derecha Israel Beiteinu, ha propuesto que la ciudadanía israelí la reciban sólo aquellos que juren lealtad a la bandera y al himno, y que estén dispuestos a prestar servicio militar o servicio civil a su comunidad. Aquellos que rehúsen, sean musulmanes, izquierdistas extremistas, o ultra ortodoxos, podrán permanecer en el país como residentes, con todos los beneficios que este status otorga, incluyendo votar en elecciones locales y ser elegidos como alcaldes o concejales, pero no tendrán derecho a votar por la Knesset ni a ser elegidos como parlamentarios.
El columnista Daniel Pipes, escribiendo sobre este tema, llegó a la conclusión de que sólo hay tres alternativas:
a) Los judíos israelíes aceptarán que Israel ya no será un estado judío, sino un estado binacional.
b) Los musulmanes israelíes aceptarán que son minoría y que deberán respetar el sentir de la mayoría de que el estado es judío y sionista.
c) Los musulmanes israelíes perderán eventualmente la ciudadanía.
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"Carter, Jimmy Carter"
Jimmy Carter fue uno de los peores presidentes (1977-1981) que los Estados Unidos han tenido durante toda su historia. Ciertamente es el peor de los 50 últimos años. Entre sus "logros" están:
· Aumentó la inflación en Estados Unidos a un record histórico sin precedentes.
· Debilitó al gobierno del Shah y entregó a Irán en bandeja al fanático clérigo musulmán Khomeini.
· No reaccionó cuando 66 americanos de la Embajada fueron tomados como rehenes por los iraníes. 52 de ellos permanecieron presos por 444 días, y sólo fueron liberados el día que Ronald Reagan juró el cargo de presidente, en elecciones donde, por abrumadora mayoría, triunfó sobre Carter. Cualquier otro presidente que no fuese Carter habría considerado la acción iraní como una declaración de guerra.
Carter acaba de publicar un libro, "Palestina: Paz no Apartheid", cuyo título es un escarnio, y cuyo texto está plagado de mentiras, tergiversaciones y falsas invenciones, que reflejan la honda antipatía que su autor siente hacia Israel.
El libro ha sido criticado y refutado en numerosos artículos y editoriales. Carter, en su defensa, declaró que las críticas de los medios de comunicación han sido escritas principalmente por judíos.
En realidad no tiene motivo de queja. Gracias al coro de voces indignadas que han condenado al libro y a su autor, "Palestina: Paz no Apartheid" se ha convertido en un gran éxito de librería, lo cual prueba la verdad de la regla publicitaria que dice "No importa si hablas bien o mal de mi. Lo importante es que deletrees mi nombre correctamente."
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Las pildoritas Carter para el hígado
En el año 1868, el Dr. Samuel Carter, en el estado de Pennsylvania, combinó algunas resinas y jugos secos, y creó una fórmula con la cual, él aseguraba, se curaban las jaquecas, el estreñimiento y la indigestión. El éxito fue inmediato y las pastillitas se vendieron por millones, no sólo en los Estados Unidos sino en muchos otros países, incluyendo a los latinoamericanos, donde el slogan publicitario era "Las pildoritas Carter son chiquitas pero puntuales."
En la década de los 30 del siglo 20 los herederos del Dr. Carter "descubrieron que la pildorita producía efectos maravillosos en el hígado, curaba la depresión, el cansancio, la irritación, y las malas noches." Cambiaron el nombre del producto a "Pildoritas Carter para el hígado", y las ventas se triplicaron.
La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos realizó un estudio que demostró que, aparte de ser un laxante drástico, las pastillas no producían ningún efecto. La Comisión prohibió a la firma usar la palabra "hígado" en su publicidad. Esto ocasionó que las ventas de las pildoritas se fueran para abajo en picada, y la firma cerró poco tiempo después.
No conozco la genealogía de Jimmy Carter, pero tengo entendido que antes de incursionar en la política cultivaba maní, así que lo más probable es que no tenga ninguna relación familiar con los creadores de las pildoritas.
Es una lástima que las pildoritas Carter resultaron ser un fraude. Habrían sido la cura ideal para quienes hoy sufren de irritación y tienen el hígado hinchado por el libro y las declaraciones del homónimo.
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Los idiomas que se hablan en Israel
En el viaje de promoción que hicimos en nuestro último año de colegio, cruzamos la cordillera de los Andes en tren y ómnibus, para llegar a la selva, a lo que en ese entonces era el pueblo, hoy ciudad, de Pucalpa. Esta ciudad está situada en la ribera del río Ucayali, algunos cientos de kilómetros al sur de Iquitos, donde ese río se une con el Marañón y forma el Amazonas. Allí fuimos huéspedes del Instituto Lingüístico de Verano, (Summer Institute of Linguistics, hoy llamada SIL International) una institución cristiana dedicada a estudiar idiomas y dialectos poco conocidos con el propósito de imprimir biblias en dichas lenguas.
En la 15ava edición de su publicación, Ethnologue: Languages of the World, Fifteenth edition, SIL menciona que en el mundo se hablan hoy 6,912 idiomas. Su capítulo sobre Israel informa que en el país se hablan 33 idiomas y dialectos.
Israel tiene dos idiomas oficiales, hebreo y árabe, y un idioma semi-oficial, el inglés. El hebreo fue reconocido como idioma oficial en 1922, cuando la Liga de las Naciones otorgó a Gran Bretaña un mandato sobre lo que en ese momento se llamaba Palestina. Esto fue un gran triunfo para los sionistas que temían que el Yiddish fuese nombrado idioma oficial.
Hoy el hebreo se utiliza en la correspondencia oficial, en los debates en la Knesset, en las cortes judiciales y en los procedimientos oficiales. El idioma se enseña en las escuelas árabes a partir del tercer grado, y es un requisito esencial en los exámenes de graduación.
El árabe es el otro idioma oficial de Israel. Lo hablan los árabes israelíes y los judíos provenientes de países árabes. Por lo general todos los que hablan árabe también hablan hebreo. Todos los cárteles de carreteras, información de alimentos, medicinas, también están impresos en árabe. El árabe se puede usar en los debates parlamentarios, pero en la práctica rara vez se usa ya que los parlamentarios árabes todos hablan un hebreo fluido, mientras que son pocos los parlamentarios judíos que hablan árabe. El idioma se enseña en las escuelas hebreas, del sétimo al noveno grado.
El inglés se utiliza para comunicación internacional, pero no se permite su uso en los debates en la Knesset. Su estudio es obligatorio en los colegios árabes y hebreos como segundo idioma.
El idioma ruso es hablado por un millón de personas. El Yiddish, que fue prohibido durante los primeros años del estado, es hablado por la generación mayor y está desapareciendo. El ladino es hablado por judíos inmigrantes nacidos en Turquía, Bulgaria y Grecia. El rumano es hablado por varios cientos de miles de inmigrantes de Rumania y sus descendientes. El español es hablado por inmigrantes de América Latina. El francés es hablado por inmigrantes de Francia, Maruecos, Argelia y Tunisia. Persa es hablado por los inmigrantes que llegaron de Irán y sus descendientes. Los judíos etíopes hablan Kayla, Qwara y Amharic.
Los trabajadores extranjeros, muchos de ellos ilegales, hablan chino, tagalog y tailandés.
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¡Buenas noticias! ¡Ben Gurión es el mejor aeropuerto de Europa!
Noticia publicada en los periódicos:
El Consejo Internacional de Aeropuertos realizó una encuesta entre 350 pasajeros para determinar el grado de satisfacción respecto al servicio de 77 aeropuertos internacionales. De las 34 categorías de preguntas que había en el cuestionario, (limpieza, baños, información de vuelos, tiendas "duty free", y otras), el aeropuerto israelí Ben Gurión salió primero en 17 categorías y segundo en otras siete, con lo cual logró el primer puesto entre los aeropuertos europeos, y el octavo puesto en la lista general de 77 aeropuertos.
Me sentí muy orgulloso al leer la noticia, pero también quedé perplejo. ¿Ben Gurión es el mejor aeropuerto de Europa?
Mi casa queda a pocos kilómetros del aeropuerto. Si Ben Gurión es hoy el mejor aeropuerto de Europa, ya no necesitaré volar 4 horas para llegar al viejo continente. Me bastarán 10 minutos en auto para estar en Europa.
La misma confusión la tienen los organizadores del campeonato europeo de básquetbol. Han proclamado a Maccabi Tel Aviv campeón de Europa cinco veces, en 1977, 1981, 2001, 2004, y 2005.
Otro que también debe estar sorprendido al leer que el aeropuerto Ben Gurión se encuentra en Europa, es el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad. Como todos sabemos, este señor ha propuesto, en más de una ocasión, borrar a Israel del mapa. Cuando su propuesta no fue recibida por la comunidad internacional con el entusiasmo que él esperaba, dijo que también se contentaría si Israel, con todos sus judíos, se mudase a alguna región de Europa.
La noticia de que el aeropuerto Ben Gurión se encuentra en Europa, lo hará llegar a la conclusión que su sugerencia ha sido aceptada y que Israel ya está muy bien acomodada dentro de Alemania, Francia o algún otro país. Tal vez esto lo satisfaga y decida, por lo tanto, usar el dinero de su país para construir hospitales, escuelas y carreteras, en vez de malgastarlo fabricando bombas nucleares para borrar del mapa a un país que, a juzgar por la noticia del periódico, ya no está allí.