Se llama la parashá para esta semana <<VaYishlaj>> y la encontramos en el Libro de Génesis 32:1-36:40. Aunque contiene una variedad de relatos históricos, se nota que hay, por lo menos, un tema que unifica sus varias sub-historias. Esto es que en cada historia, el protagonista encuentra un gran desafio de la vida, lo resuelve  y lo convierta en una oportunidad para santificar la vida.

Este tema de la transformación de los desafíos en la vida en la santificación de la vida se ve en la vida del patriarca, Jacobo. Quizás no hay ningún personaje bíblico que tuviera que enfrentar tantos desafíos personales como Jacobo. Desde su batalla con el <<ish>> (¿un ángel, o un hombre, o si mismo?) a su re-encuentro con su hermano Esau, hasta la violación de su hija Dina (irónicamente su nombre significa "juzgada") la vida de Jacobo parece ser una serie de obstáculos que debía vencer.

Al correr de su historia se encuentra el sub-tema de hacer las paces con la situación en la cual se encuentra y la necesidad de aprender a conquistar el rencor.  Jacobo lucha con esta necesidad (de hacer las paces) por toda su vida. El aprende que la gente no siempre hace lo cierto, que las familias sí se separan, y que a pesar de nuestros muchos fallos, necesitamos ver la belleza en la vida en vez del enojo y por fin aceptamos que los humanos no somos perfectos.

Jacobo pasa una buena parte de su vida luchando con la vida y aprendiendo que los resultados de estas luchas no siempre son buenos. La parashá nos enseña que nadie pasa por la vida sin heridas. De hecho, podemos preguntarnos si podemos ser adultos sin haber estado dañado. Para poder llamarnos adultos ¿No necesitamos enfrentar algunas de las dificultades de la vida y vencerlas? Esta parashá nos enseña que no hay vida sin desafíos y lo que distingue el adulto del niño es la manera que se comporta frente a ellas. ¿Luchamos con nosotros mismos y de esta batalla interna crecemos espiritualmente o simplemente reclamamos y no aprendemos nada? ¿Somos suficientemente inteligentes para ver la mano de D'os en cada desafio y a través de nuestras dificultades hacernos en personas mejores o nos damos permiso para bañarnos en nuestras propias lástimas y tristezas?

La sección semanal nos enseña que como adultos enfrentamos nuestras dificultades, aprendemos de ellas y las transformamos en algo positivo. Del punto de vista de esta parashá nuestra tarea es aceptar los desafíos de la vida como lecciones que nos ayudan a mejorarnos y nuestro mundo y así encontrando la luz dentro de la obscuridad.