Parashat ha'Shavúa , - 14 Cheshvan 5767
Shabbat Shalom MeHa'Hillel sheKayam lifne sheHayu Batei HIllel
Shabat Shalom de la primera casa de Hillel de los EE.UU.
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La sección semanal para esta semana se llama Va'Yerá y se la encuentra en el Libro de Génesis 18:1-22:24. Contiene el trozo de literatura más impactante e importante de la literatura occidental, la Aquedá o en traducción española: la <<Fijación de Isaac.>> No hay ninguna historia bíblica que haya impactado más el mundo occidental. Sus meros 19 versículos (Gen. 22:1-19) logran expresar todos los sentimientos conocidos a los seres humanos.
La Aquedá forma una de las bases más importantes del judaísmo y hace un papel central en su celebración religiosa de Rosh Ha'Shaná (año nuevo). También hace un papel central en el Cristianismo (donde se manifiesta en la "muerte" de su Dios) y en Islam, (donde se cree que el casi sacrificado era Ishmael). Los sabios bíblicos han pasado años estudiándola y tal vez no haya ningún capítulo bíblico sobre el cual más haya sido escrito.
Una de las cosas más interesantes de la Aquedá es que a pesar de las muchas interpretaciones de ella, siempre encontramos otra. Cada vez que estamos convencidos que la comprendemos, nos enteramos que contiene otro misterio. Es el trozo de la literatura que siempre nos ofrece algo nuevo, algo en el que nunca nos fijamos antes u otra cosa que nunca consideramos.
Quizás sea por eso que tiene tanto poder. Nos enseña la humildad y nos recuerda que la vida es una serie de desafíos continuos. Así al leerla y volver a leerla nos enteramos de que nunca descubriremos la base de todos los misterios divinos. Nos enseña que crecer intelectualmente significa darse cuenta de que el acto de vivir es seguir aprendiendo acerca del mundo, acerca de nuestros prójimos y acerca de nosotros mismos. Esto es la base del refrán folklórico judío que "se pone a morir cuando se deja de aprender."
Esta historia nos desafía tanto cuanto desafió a Isaac y a Abraham. Nos recuerda que no deberíamos sacrificar nuestro futuro en el altar de las conveniencias y la pereza. Nos predica que es nuestro deber luchar intelectualmente y crecer.
Para ser humano es aceptar el desafio eterno de empujarse intelectualmente, moralmente, y en nuestras "tareas de vida."
Una de las cosas más interesantes de la Aquedá es que a pesar de las muchas interpretaciones de ella, siempre encontramos otra. Cada vez que estamos convencidos que la comprendemos, nos enteramos que contiene otro misterio. Es el trozo de la literatura que siempre nos ofrece algo nuevo, algo en el que nunca nos fijamos antes u otra cosa que nunca consideramos.
Quizás sea por eso que tiene tanto poder. Nos enseña la humildad y nos recuerda que la vida es una serie de desafíos continuos. Así al leerla y volver a leerla nos enteramos de que nunca descubriremos la base de todos los misterios divinos. Nos enseña que crecer intelectualmente significa darse cuenta de que el acto de vivir es seguir aprendiendo acerca del mundo, acerca de nuestros prójimos y acerca de nosotros mismos. Esto es la base del refrán folklórico judío que "se pone a morir cuando se deja de aprender."
Esta historia nos desafía tanto cuanto desafió a Isaac y a Abraham. Nos recuerda que no deberíamos sacrificar nuestro futuro en el altar de las conveniencias y la pereza. Nos predica que es nuestro deber luchar intelectualmente y crecer.
Para ser humano es aceptar el desafio eterno de empujarse intelectualmente, moralmente, y en nuestras "tareas de vida."
El propósito de La Aquedá es hacernos bien incómodos, y recordarnos que estar demasiado cómodos es el estado peor de la incomodidad. ¿Que opinan Uds.?
Rabbi Peter Tarlow