Sospechas fundadas
Sospechas fundadas
Un empleado de correos estaba a cargo de separar las cartas de destinatario dudoso... las inentregables... Un dia le llega una carta de letra temblorosa que estaba dirigida a:
Dios, Nuestro Señor
El Cielo
...con algo de curiosidad, la abrió para ver el contenido, y dentro, con la misma letra temblorosa se leía:
Mi querido Señor:
Sabes que en los 87 años de mi vida, jamás te molesté por nada, pero hoy estoy desesperada. Soy viuda, vivo sola y no me queda familia. Para esta Navidad, me invitaron unas amigas que hice jugando a las cartas, y habia separado 75 pesos de mi jubilación para comprar pollo, una botella de sidra y pan dulces para llevar, pero alguien entró a casa y me robó esa plata... No tengo adonde ir, ni a quien pedirle, y me da vergüenza ir a esa fiesta sin tener nada que llevar... Me ayudarías, Señor?
Religiosamente,
Sara.
Conmovido, el empleado le mostró la carta a sus compañeros, y entre todos, juntaron 69 pesos que le mandaron a la ancianita en un sobre en blanco. Semanas más tarde, apareció otra carta con la misma letra temblorosa... Excitado y eufórico, llamó a todos en la ofcina para abrirla y leerla, la carta decía:
Mi querido Señor:
Sabía que no me ibas a fallar! Dios, gracias a tu milagro, pasé la Navidad más linda de mi vida!!! Pero no debo dejar de avisarte que sólo me llegaron 69 pesos, los otros seis seguro que se los afanaron esos chorros hijos de puta del correo!!!
Religiosamente
Sara.
El Cielo
...con algo de curiosidad, la abrió para ver el contenido, y dentro, con la misma letra temblorosa se leía:
Mi querido Señor:
Sabes que en los 87 años de mi vida, jamás te molesté por nada, pero hoy estoy desesperada. Soy viuda, vivo sola y no me queda familia. Para esta Navidad, me invitaron unas amigas que hice jugando a las cartas, y habia separado 75 pesos de mi jubilación para comprar pollo, una botella de sidra y pan dulces para llevar, pero alguien entró a casa y me robó esa plata... No tengo adonde ir, ni a quien pedirle, y me da vergüenza ir a esa fiesta sin tener nada que llevar... Me ayudarías, Señor?
Religiosamente,
Sara.
Conmovido, el empleado le mostró la carta a sus compañeros, y entre todos, juntaron 69 pesos que le mandaron a la ancianita en un sobre en blanco. Semanas más tarde, apareció otra carta con la misma letra temblorosa... Excitado y eufórico, llamó a todos en la ofcina para abrirla y leerla, la carta decía:
Mi querido Señor:
Sabía que no me ibas a fallar! Dios, gracias a tu milagro, pasé la Navidad más linda de mi vida!!! Pero no debo dejar de avisarte que sólo me llegaron 69 pesos, los otros seis seguro que se los afanaron esos chorros hijos de puta del correo!!!
Religiosamente
Sara.