Parashat Ha'Shavúa: 15 Tevet, 5766
Shavúa Tov MeHa'Hillel sheKayam Lifne sheHayu Batei Hillel.
Una Buena Semana y desde la primera casa de Hillel de los EE.UU.
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Porque no había ningún comentario durante la semana pasada, esta semana concluimos nuestra "visita" al Libro de Génesis y empezamos la del Exodo. La última sección semanal de Génesis se llama Vayají (él vivía) y la encontramos en Génesis 47:25-50:26. La primera sección semanal del Libro de Exodo tiene el mismo nombre como el del libro "Shmot/Nombres" y va desde Exodo 1:1-6:2.
Una lectura informal del texto nos presenta dos secciones totalamente diferentes. Vayejí lleva Génesis a su conclusión con una reunión familiar entre Jacobo y su hijo predilecto, José, con la muerte de Jacobo, y con la de José. Es una sección semanal muy personal y trata de la vida en el nivel micro. En oposición al estilo casi pastoral de Vayejí, la primera sección semanal del Exodo nos prepara políticamente para los eventos del libro entero. En Exodo nos desplazamos del nivel micro al nivel macro, de lo personal a la nacional. Génesis nos enseñaba de la esclavituda de José y de su liberación. Ahora Exodo nos enseña de la esclavitud del pueblo de Israel y de su liberación. ¿Hay un puente que une estas dos secciones? ¿Podemos unir lo personal con la nacional? ¿Comparten un tema estas dos secciones tan diferentes?
Si leemos estas secciones con cuidado nos fijamos en dos versículos claves. En Génesis 48:11 se lee que Jacobo dice a su hijo:" "Reo, panejá lo pilalti/Nunca esperé ver tu cara..." ¿Fue nada más que una exclamación de alegría o decía Jacobo que a causa de los años de separación temía verlo? ¿Había pasado tanto tiempo que padre e hijo ya no se conocieran? ¿No compartirían nada más que la sangre familiar? El Libro de Génesis es un documento realístico. Comprende que la base de una familia es el cariño más que la sangre. También entiende que sin la substancia nutritiva emocional todos las relaciones interpersonales desaparecen a causa de los cambios naturales que occuren con el tiempo.
El segundo versículo se encuentra en el Libro de Exodo. Es más famoso que el primero y nos da otra indirecta sobre las relaciones y la memoria. A casi el comienzo del Libro se lee: "VaYakam mélej jadash al Mitzrayim asher lo yada et Yosef/Había un rey nuevo en Egipto quien no sabía nada de José" (1:8) ¿Cómo es posible? ¿Era posible que los egipcios se olvidaron de José tan rápidamente? ¿Lo olvidaron también los israelitas porque aceptaron su situación en Egipto como algo normal? ¿Se transformó este versículo la tragedia de la perdida de una relación padre-hijo en una tragedia nacional? Los egipcios y tal vez también los israelitas se les ha olvidado todo lo que José les había hecho. Por esta falta de memoria los dos pagaría un precio terrible.
¿Nos enseña la Biblia que no hay ninguna relación que vive sin substancia nutritiva? Cuando nos damos por sentados los cambios realizados por los mares de tiempo destruyen el cariño pasado y nos depositan en un yermo emocional. Si así es, entonces estas dos secciones unen la historia de José con la historia nacional de Israel y nos recuerdan que como personas y como pueblos nadie es independiente, todos somos interdependientes. ¿Qué opinan Uds?
Rabbi Peter Tarlow