Tesoros de ayer. Reflexiones para hoy…
Padre Marcelo Rivas Sánchez

La rana gritona y el león.
“Oyó una vez un león el croar de una rana,
y se volvió hacia donde venía el sonido,
pensando que era de algún animal muy importante.
Esperó y observó con atención un tiempo,
y cuando vio a la rana que salía del pantano,
se le acercó y la aplastó diciendo:
¡Tú, tan pequeña y lanzando esos tremendos gritos!�?

¿GRANDES PARA QUE?

En un mundo desigual donde los poderosos aplastan a los más pequeños o donde los vivos azotan a los débiles es muy común ver fricciones que a la larga se convertirán en enfrentamiento. De eso el Papa Juan Pablo II le ha dedicado mucho tiempo en escritos y en oraciones, a tal punto, que su debilidad se nota por el agobio frente a la guerra y la lucha que mata a inocentes y a los ancianos que lo han dado todo.

Leones hay muchos, epa, aquí no estoy hablando del béisbol, sino de esos que aplastan sin compasión a todo lo que se le atraviese por su camino. Esos grandulones exhiben su fuerza en la musculatura, en las ofensas verbales para retar y provocar con la seguridad de que el vencerá. En nuestros días es muy común ver que cualquiera nos nombra malamente a nuestra madre, o que un pequeño malencarado nos irrespete y nos rete como pugilista en el cuadrilátero. Todo me hace suponer que vivimos en una sociedad conflictiva que le da rienda suelta a una forma nueva de existir donde la grosería, la ofensa y el irrespeto son los armamentos para danzar en los primeros acordes de esa señal de querer sangre o por lo menos de buscar camorra.

Estos leones miran por encima de lo normal para mirar mal y así expresar superioridad o provocar la intimidación. Ellos se creen el último refresco del desierto. Ellos creen no necesitar de nadie. Por eso recuerdo a aquel león que mientras dormía fue despertado por el paso de un diminuto ratón. El león con ese vozarrón le dijo al ratoncito. Infeliz cómo te atreves a despertarme. El ratón tembloroso le dijo. Disculpe señor león y le prometo que más adelante lo ayudaré. El león soltó una carcajada y replicó jamás un simple ratón podrá ayudar a un gran rey león. Pasado el tiempo el león cayó en la red de una trampa y cuando se acercaban los cazadores para matarlo apareció el ratoncito y con sus afilados dientes hizo un agujero por donde pudo salir el león. Esto me hace preguntar ¿Grandes para qué? Pregunta que viene dada porque no somos islas, menos, personas que no necesitamos de nadie. Hay una insuficiencia en cada uno de nosotros que será llenada por la acción de otras personas. Por eso, no podemos despreciar a nadie, mucho menos a los más pequeños quien en la palabra de Dios, Jesús coloca un niño entre los grandes y dice: quien no se haga pequeño no entrará en el Reino de los cielos.

Es muy común observar como son aplastados los más pequeños o los más pequeños no les importan que los aplasten. Esto se debe por no querer entender que somos hijos de Dios con dignidad, con deberes y con derechos. Además, se nota mucha indecisión, falta de auto estima y de manera especial, un excesivo crecimiento de la envidia y el egoísmo.

Hay que destacar que hay leones porque existen ratones que se lo permiten. Es como la mujer que es golpeada por su pareja y cuando la policía lo detiene, ella va al otro día a retirar la denuncia y a rogar que lo dejen libre. Esos leones tendrán vida cuando esos ratones se impongan con ideas, con verdades y sobre todo con un profundo respeto a la vida y a su persona. Debes haber escuchado aquello: Nace un día para un vivo y aparece un tonto. Es cuestión de ir comprendiendo, de una vez por todas, la igualdad, aunque unos u otros deben ocupar puestos o realizar funciones por arriba de algunos. Esto en la vida se llama organización, preparación y no los leones déspotas lo ocupan, sino los mejores en calidad humana y especialización.

Este león no volverá a despertar su ira y mucho menos, a aplastar al pequeño porque
Somos hijos de Dios
Somos testigos del derecho al progreso
Tenemos ganada la realización de cada día.
Despertamos con ganas de luchar y vencer.
Nos sentimos hermanos y nos necesitamos.

Quien mucho habla, poco es lo que dice.

diosbendice1@cantv.net