29 de Setiembre, 2005
SEPTIEMBRE 29
Alguien escribió que en el corazón de todo hombre duerme un santo y,
al mismo tiempo duerme un pecador, un vulgar hombre, quizá hasta un criminal y también un santo.
Cada uno de nosotros ha de cobrar conciencia de eso y cada uno de nosotros deberá despertar en sí al héroe y al santo, dejando aletargados al pecador y al criminal.
Si es bueno que el hombre vulgar quede adormecido y anulado, en nuestro interior, no será bueno que el santo y el héroe signa durmiendo inactivos.
Todos llevamos dentro de nosotros mismos un bloque de mármol,
del cual podemos tallar o la imagen de un bufón, o el busto de un poeta, de nuestra vida podemos hacer, la del hombre que tiene miras rastreras, o la del que vive para hacer el bien y para suscitar la inquietud de hacer el bien.
Los cinco minutos de Dios de Alfonso Milagro
Silvia Mónica del Rio
San Guillermo-Santa Fe-Argentina