En este número:

·        La esencia del conflicto

 

·        Festejando el cumpleaños de Hitler en Ginebra

 

·        Obama en Estados Unidos y Lieberman en Israel proponen "Servicio Nacional"

 

·        El nuevo columnista de Aljazeera

 

·        El rabino que es primo de Obama

 

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La esencia del conflicto

 

Gran Bretaña, el 2 de noviembre de 1917, hace 92 años, emitió la Declaración Balfour que expresa lo siguiente: "El gobierno de Su Majestad ve con favor el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, ]mi énfasis[, y hará todo el esfuerzo posible para facilitar el logro de dicho objetivo".

 

En la Conferencia de San Remo, en 1920, se entregó a Francia un mandato para Siria y el Líbano, y a Gran Bretaña el mandato en Palestina, territorio situado a ambos lados del río Jordán, que había sido una provincia remota del derrotado imperio turco.

 

En 1921 Gran Bretaña unilateralmente cercenó toda la región al este del río Jordán, 76% del área del Mandato, y lo entregó a Abdullah, cuya familia Hashemita había sido recientemente expulsada por Ibn Saud de lo que hoy es Arabia Saudita. La región del Golán, que constituía 5% del Mandato de Palestina, Gran Bretaña lo transfirió al Mandato francés de Siria.

 

El 24 de julio de 1922 la Liga de las Naciones confirmó el Mandato de Palestina a la Gran Bretaña, diciendo que "era responsable de poner en efecto la declaración del 2 de noviembre de 1917 a favor de establecer en Palestina un hogar nacional para el pueblo judío, ]mi énfasis[,".

 

El 29 de noviembre de 1947 las Naciones Unidas aprobaron la división de Palestina (los territorios al oeste del Jordán) en dos estados independientes, uno judío, ]mi énfasis[,y el otro árabe.

 

El 20 de agosto de 1993 la Organización de Liberación Palestina e Israel llegaron a un acuerdo en la ciudad de Oslo, capital de Noruega, por el cual se creaba la Autoridad Palestina que sería responsable por la administración de los territorios bajo su control. El acuerdo fue firmado por Yasser Arafat, Itzjak Rabin y Shimon Peres en una ceremonia pública en la Casa Blanca en Washington el 13 de setiembre de 1993. A la vez, las partes intercambiaron Cartas de Reconocimiento Mutuo, por las cuales Israel reconocía a la OLP como representante legítimo de los palestinos, y la OLP reconocía el derecho a existencia de Israel, renunciaba a cometer actos de terror y desistía de su intención de destruir el estado de Israel.

 

Lamentablemente las cosas no resultaron como los optimistas y los ingenuos habían esperado. El número de israelíes que murieron, víctimas de los actos de terror palestinos, después de la firma del acuerdo de Oslo fue mucho mayor que antes de la firma.

 

Respecto a que la OLP desistiese de su intención de destruir el estado de Israel, eso tampoco sucedió. La constitución de Hamás, el partido mayoritario de los palestinos, claramente especifica, sin ambages, que su razón de ser es la destrucción de Israel.

 

El Primer Ministro Netanyahu, a diferencia del Primer Ministro anterior Olmert, ("Israel no tiene futuro si no existe un estado palestino"), está convencido de que en toda negociación ambos lados, (no un solo lado, como pretenden los palestinos), tienen derecho a proclamar y defender sus intereses.

 

En ejercicio de su derecho Netanyahu pidió que los palestinos reconozcan a Israel como el estado judío. Los líderes palestinos se negaron rotundamente, diciendo que esa demanda ilustraba la naturaleza racista de Israel y la política extremista del nuevo gobierno. También dijeron que no hay estado en el mundo que declare ser de tal o cual grupo étnico, o de tal o cual religión. (Es obvio que nunca han escuchado de la existencia de la República Árabe de Egipto, de la República Árabe de Yemen, de la República Árabe de Siria, de la República Árabe de Libia, o de la efímera República Árabe Unida. Tampoco parecen estar enterados de la existencia de la República Islámica de Irán, de la República Islámica de Pakistán, de la República Islámica de Afganistán, y de la República Islámica de Mauritania).

 

Israel se considera a si mismo "Estado Judío", no por motivos teológicos, (ya que no tiene religión oficial, a diferencia de las repúblicas islámicas, y de varios estados cristianos), sino como reconocimiento del hecho que la gran mayoría de la población israelí (80%) pertenece a la nación o etnia judía. Egipto, similarmente, se llama en forma oficial el "Estado Árabe de Egipto" aunque no es 100% árabe. La mayoría (85%) de la población es árabe, pero los coptos (cristianos descendientes de los antiguos egipcios) constituyen el 15% de la población.

 

La negativa de los palestinos, y de los árabes en general, a considerar a Israel como estado judío es la esencia del conflicto. Podrá existir en el futuro un estado palestino (sería el estado árabe número 23),  o, tal vez, dos estados palestinos, (Hamastán en Gaza, y Palestina en la Cisjordania), pero, hasta que Israel no sea aceptado como estado judío por los palestinos (y, aún más importante, también por la minoría árabe que vive en Israel), los palestinos continuarán su lucha para destruir el Estado Judío de Israel, por ellos no reconocido y menos aún aceptado.

 

Los líderes palestinos preferirían mil veces que les extraigan todos los dientes sin anestesia, a que les extraigan de la boca la frase "El Estado Judío de Israel"

 

Hay mucha gente en puestos de influencia, incluyendo judíos que se llaman a si mismos sionistas, que se auto-consideran inteligentes y bien enterados, pero que no tienen la más mínima idea de cual es la razón por la cual el conflicto dura ya tantas décadas y aún no se vislumbra su fin. Hace unos días, un tal M.J. Rosenberg, director del Centro Político de Washington del Foro Político Israelí, escribió: "La demanda de Netanyahu de que aceptará la solución de dos estados únicamente cuando los palestinos reconozcan a Israel como estado judío es una tontería. Las naciones se definen a si mismas como ellas quieren, e Israel no necesita que los palestinos le confieran legitimidad para considerarse estado judío".

 

A diferencia de Rosenberg, tanto los palestinos como el gobierno de Netanyahu si entienden claramente cual es la esencia del conflicto.

 

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Festejando el cumpleaños de Hitler en Ginebra

 

El cumpleaños de Adolfo Hitler es el 20 de abril. ¿Qué mejor forma de celebrarlo que inaugurando ese día una conferencia antisemita (o en términos contemporáneos, "antisionista") e invitar a su émulo a ser el invitado de honor y dar el discurso de apertura?

Claro que hay ciertas diferencias entre el nazi Hitler y el fanático islámico Ahmadinejad. Uno luce en sus fotos un bigotito tipo Charlie Chaplin, y el otro tiene una barba rala, inspirada por Arafat. Uno vomitaba su veneno en alemán, y el otro lo hace en persa. Pero en lo esencial son idénticos. Ahmadinejad odia a los judíos tanto como Hitler los odiaba. Ahmadinejad considera que los judíos son la causa de todos los problemas del mundo, exactamente lo mismo que Hitler decía. Ahmadinejad opina que los judíos son el cáncer de la humanidad, Hitler pensaba lo mismo. Ahmadinejad quiere exterminar a seis millones de judíos (la población judía de Israel a la cual él ha prometido borrar del mapa) para igualar el record de su admirado héroe Hitler.

El título de la conferencia es rimbombante: "Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y la intolerancia", o para llamarla por un nombre más descriptivo y más corto, "Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra Israel y los judíos".

Estados Unidos, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda, Italia, Australia, Canadá y Polonia decidieron no participar en el festival de odio y prejuicio anti-israelí.

Israel, por supuesto, tampoco participó, para no sentirse como el pavo que ocupa el lugar de honor en la celebración de Thanksgiving (festival americano donde es tradición comer pavo).

Los parlamentarios árabes de la Knesset apoyaron la conferencia. Uno de ellos, Jamal Zahalka, se presentó en Ginebra diciendo que era una "víctima palestina del apartheid racista de Israel". Ahmed Tibi, otro árabe israelí, miembro de la Knesset y ex consejero de Arafat, dijo que "Israel no participaba por vergüenza".

Durante el virulento discurso de Ahmadinejad los representantes de los países europeos (Austria, Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Chipre, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Latvia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, España y Suecia), y Marruecos se levantaron en señal de protesta, salieron del recinto y regresaron sólo después que el presidente de Irán terminó de hablar. El representante de la República Checa salió del recinto y abandonó la conferencia, disgustado.

Los representantes de Rusia, los países latinoamericanos, asiáticos y africanos (con excepción de Marruecos), y el Secretario de las Naciones Unidas, permanecieron en sus lugares y aplaudieron a Ahmadinejad.

La conferencia es exactamente lo que se esperaba de un evento organizado por Libia, Irán y Cuba, países a los que nadie puede acusar de ser ejemplos de democracia, libertad y libre expresión. Es la versión diplomática de la fábula de Esopo de los zorros que cuidan al gallinero.

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Obama en Estados Unidos y Lieberman en Israel proponen "Servicio Comunitario"

 

El Presidente Obama ha firmado una ley de Servicio Comunitario para financiar a los estudiantes que quieran ganar dinero para pagar sus estudios haciendo servicio voluntario en sus comunidades, tales como ayudar a niños en sus estudios, limpiar parques, ayudar en hospitales, reparar las casas de los pobres, o trabajos equivalentes.

Avigdor Lieberman quiere pasar una ley de Servicio Nacional para que todos aquellos jóvenes que no hacen Servicio Militar, incluyendo a los judíos ortodoxos y a los árabes israelíes, presten servicios comunitarios en sus propios pueblos.

La ley del presidente Obama ha sido alabada universalmente por aquellos que serán sus beneficiados. En contraste, el proyecto de ley de Lieberman no goza de popularidad entre los que podrían hacer uso de ella. Los dirigentes árabes israelíes se oponen rotundamente, porque, según ellos, el servicio comunitario equivaldría a cometer traición contra la nación árabe, ya que "sólo es un burdo pretexto para israelizar a la población árabe, fragmentarla y eliminar su identidad étnica". 

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El nuevo columnista de Aljazeera

 

La facultad del Departamento de Ciencias Política y Gobierno de la Universidad de Ben Gurión es un hervidero de izquierdistas acérrimos, anti-sionistas fanáticos y pro-palestinos incondicionales. Se le podría comparar a un nido de víboras, si uno no tuviese inconveniente en ofender a las víboras.

El Decano del Departamento es Neve Gordon, que aboga por la solución de un solo estado, es decir por la destrucción de Israel como estado judío. Se especializa en producir propaganda anti-israelí donde denuncia a Israel como país "fascista, terrorista, apartheid y nazi". Es ferviente admirador y defensor de Norman Finkelstein, un conocido antisemita de origen judío.

El profesor americano Alan Dershowitz califica a Gordon de entusiasta cooperador con neo-nazis, negadores del Holocausto y antisemitas, y dice de él "Es un ejemplo despreciable de un judío judeofobo e israelí anti-israelí".

Neve Gordon contribuye, desde hace unos meses, una columna a la página web de Aljazeera, donde escribe que Israel se opone violentamente a la paz y está conspirando para robar tierras árabes.

Hace algunos días, uno de sus adeptos, David Newman, profesor en el Departamento de Gordon, publicó un artículo en el Jerusalem Post acusando de McCartismo a los individuos y organizaciones que critican las expresiones de izquierdistas fanáticos. Es decir, individuos como Newman defienden la libertad de expresión sólo cuando se aplica a ellos mismos y no a sus críticos.

Otro profesor de la Universidad de Ben Gurión, Haggai Ram, ha publicado un libro titulado "Iranofobia: la lógica de una obsesión israelí", donde, siguiendo la política del avestruz, no toma en cuenta las amenazas genocidas del presidente de Irán ni su febril empeño en fabricar bombas nucleares. Ram no es psicólogo, pero, para demostrar su argumento, usa el concepto psicológico de "proyección", (mecanismo de defensa donde la persona atribuye sus malas características, emociones y pensamientos a otra persona). En forma similar, según Ram, Israel atribuye a Irán intenciones violentas y genocidas como proyección de los "actos de violencia y destrucción que Israel comete contra los palestinos."

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El rabino que es primo de Obama

 

El rabino Capers C. Funnye, Jr. es el líder espiritual de la sinagoga Beth Shalom Bnai Zaken Etíopes Hebreos de Chicago. Es graduado en Literatura Hebrea, y fue ordenado como rabino por el Comité Israelita de Rabinos, de Queens, Nueva York.

¿En que se diferencia este rabino de otros rabinos? Funnye tiene dos características únicas: es el único rabino negro reconocido por la Comunidad Judía de Chicago, y, es primo de Michelle Obama, esposa del presidente de los Estados Unidos.

Los padres de Funnye eran protestantes metodistas. Funnye, aunque se educó en esa fe, no estaba satisfecho e investigó otras religiones, incluyendo el Islam, antes de convertirse al judaísmo.

Funnye describe a su sinagoga como a medio camino entre Conservadora y Ortodoxa Moderna. La sinagoga tiene alrededor de 200 miembros, que incluyen gente de descendencia judía, hispana y africana. Los hombres y mujeres se sientan separados, pero tienen un coro que canta al ritmo de un tambor. Como es tradición en el judaísmo, la sinagoga de Funnye no es proselitista. Los que desean convertirse deben estudiar durante un año, y luego los hombres debe ser circuncidados, y las mujeres necesitan hacer un baño ritual en la "mikve".

En Estados Unidos hay alrededor de 150,000 judíos afro-americanos, y el número de conversos al judaísmo de dicha etnia va en aumento.

(Esto me recuerda al gran artista Sammy Davis, Jr. a quien, en un partido de golf, le preguntaron cual era su "handicap" - desventaja. Contestó, "Soy negro, soy judío y soy tuerto".)