La ruta de tu cuerpo
LA RUTA DE TU CUERPO
He aquí a mis dos inquietas exploradoras,
He aquí a mis dos inquietas exploradoras,
recorriendo un voluptuoso territorio
con un clima indefinido de éxtasis.
Perdidas entre una brisa de suspiros,
que guían un corazón indefenso y moribundo
que mendiga tu amor.
Descienden en picada por tu cuello
y se aproximan a deslizarse por tus hombros.
Es entonces cuando siento deseos de beberte,
como agua fresca de un manantial de pasión,
para embriagarme en un dulce aperitivo
y luego sazonar tu piel con besos enloquecidos
que gritan eufóricos a los coloridos
y danzarines aires de tu paisaje.
Partiendo de ese momento,
cuatro ríos desembocan en los mares de nuestras espaldas,
empapando nuestros cuerpos de calor.
No menos impresionante es un canto colorido y dulce
de ángeles marrones y grisáceos,
que deshacen sus himnos en una selva azulada.
Y luego, esas buscadoras traviesas de placer
suben cautelosamente la cordillera de tus pechos,
altivos y majestuosos,
cumbres dueñas de ese fervor,
que se irradia sobre aquellas suaves praderas de tu vientre,
para que mis manos sigilosas caigan en tu cintura.
Al final de esta loca travesía,
atraviesan por dos puentes
para emprender luego un camino de regreso,
para recorrer de nuevo esa geografía misteriosa
que se encierra en la ruta de tu cuerpo.
Desconozco el autor