ESA L?GRIMA
ESA LÁGRIMA
- ¡Esa!... La que en el alma llevo oculta;
- la que no salta afuera ni se expande
- en la pupila; la que a nadie insulta
- en un alarde de dolor: la grande,
- la infinita, la muda, la sombría,
- la terca, la traidora, la doliente
- lágrima de dolor, lágrima mía,
- que está clavada en mí profundamente!
La que no da una tregua ni un consuelo de dulce sollozar. La que me hiere, y me punza, y me obsede, y pone un velo turbio en mis ojos; la que nunca muere ni nace a flor de rostro; la que nunca refrena su latir; la que no intenta asomarse a la faz y queda trunca, y hace la pena interminable y lenta...
Agua de un manantial que va en la sombra Tortuosa de mi yo, tierra maldita donde no nace planta ni se nombra ningún nombre de amor...¡Esa infinita lágrima de dolor, sorda y amarga que llega hasta mis ojos y no fluye en catarata ardiente; la que embarga mi ser y en el silencio se diluye!... Gota que cristaliza y se hace piedra, dolor que se concreta y se resume; planta parásita como la hiedra que trepa al corazón y lo consume; infinito dolor sin esperanza de resolverse en líquido siquiera. Invierno seco y duro que no alcanza a trasformarse luego en primavera. Nieve perpetua sin ningún deshielo; polo desierto que en la ardiente entraña anhela el húmedo calor del cielo, que ni fertiliza ni lo baña.
Lágrima que no alivia la tortura de los ojos cansados de infinito; lágrima que no cura la amargura; que no es queja, ni expresión, ni grito. Cántaros secos, áridos, mis ojos; páramos sin frescura ni rocío; febricitantes de escrutar los rojos límites, del espacio y del vacío... ¡Esa!... La que no llega, ni ha llegado, ni llegará a los ojos nunca... ¡nunca!... Mi lágrima tenaz que no ha mojado el Sahara estéril de mi vida trunca, ¡Ésa... no la verás, porque en la calma de mis angustias, se ha trocado en perla! Para verla hace falta tener alma; y tú, ¡no tienes alma para verla!...
Hilarión Cabrisas (1883-1939)
Con amor
*Volando con los ángeles*
Aimara