Muro de Los Lamentos del Rey David - Vista Panoramica


Escucha:

Categorías

Vínculos Patrocinados:

« La Navidad | Inicio | Aprender a tener esperanza »

El reencuentro familiar

manohombre.jpg
El reencuentro familiar
 

 

Cuando somos adultos, y hemos vivido alejados físicamente de la familia o de los amigos, el reencuentro tiene siempre un gran elemento de expectativa. En la distancia, nuestra mente sólo recuerda los momentos agradables, los abrazos, los juegos, las risas… Y una vez que los vemos y nos reunimos, pueden surgir cantidad de reacciones, actitudes y actuaciones inesperadas y desconocidas para nosotros.

En esta etapa, muchas veces se desarrollan los complejos adquiridos por experiencias de la infancia, afloran la envidia y la competencia o los celos; aparecen las diferencias y lamentablemente, si no estamos lo suficientemente seguros, tranquilos y satisfechos con nuestra vida, terminaremos atrapados emocionalmente en cualquiera de las situaciones difíciles o confusas que se presenten.

Para muchas personas, las relaciones familiares resultan más difíciles y conflictivas que los vínculos que mantienen con los amigos, tal vez sea porque el vínculo familiar y el afecto que han compartido, los mantiene conectados a través de la expectativa que tienen unos de otros. ¡Qué importante se torna conseguir la independencia afectiva!, para que podamos abrir y cerrar las puertas de nuestra vida a voluntad, decidiendo dejar afuera las actitudes, los comentarios o las acciones negativas y dolorosas, dejando sólo entrar aquellas que sean buenas y positivas, porque están cargadas de cariño, respeto, solidaridad y amistad. No vale la pena que nos dejemos afectar por su comportamiento negativo, hasta el punto de reaccionar o actuar de la misma manera que ellos, porque esto significaría que todavía tienen poder sobre nosotros y pueden cambiar nuestra manera de ser. 

Es bueno que vayamos al reencuentro con nuestras personas queridas, sin expectativas, resentimientos o recuerdos negativos; es preferible invertir el tiempo y la energía suficiente en perdonar y sanar nuestras heridas, de manera que vayamos dispuestos a dar y a compartir lo mejor de nuestros sentimientos, pensamientos y deseos. Así podremos convertirnos en el instrumento que siembre amor, comprensión, tolerancia y respeto por nuestras diferencias, suavizando así el camino que nos lleve a reconciliarnos con nuestras raíces.

En algunos momentos de la vida, desearíamos poder volver a experimentar la seguridad o la ilusión que vivimos mientras fuimos pequeños, y por esa razón buscamos el contacto y la compañía de las personas que nos acompañaron durante esa época de nuestra vida. ¡Qué maravilloso sería que pudiéramos volver a experimentar esa vivencia, de la misma manera o en una forma más espontánea, amorosa y desinteresada, sin reproches o exigencias, pues que nos daría la posibilidad de tener un espacio a salvo, donde refugiarnos en tiempos de hostilidad, tensión y confusión! Convirtámonos en ese lugar donde no solamente nuestros familiares puedan descansar, sino que también nuestros amigos puedan hacerlo; brindémosles con nuestra actitud, comentarios y acciones, la posibilidad de sentirse queridos, aceptados y valorados, aun a pesar de las diferencias, la distancia y los eventos que nos hubieran distanciado. Desarrollemos a través del amor, la capacidad de tener detalles y gestos cariñosos, llenos de cortesía y solidaridad, que suavicen la vida o el momento de nuestras personas más queridas.

Estoy convencida de que en la medida que logremos elevarnos por encima de nuestras limitaciones, temores y necesidades para compartir con otros lo mejor de nosotros, recibimos regalos a cambio y no necesariamente de parte de las personas con las que compartimos, sino del universo que elige los perfectos instrumentos, el efecto, como devolución de nuestro comportamiento. La próxima vez que tengas la oportunidad de un reencuentro familiar, vístete de tus mejores sentimientos, pensamientos e intenciones, y verás como nada que tú no quieras te afectará. Disfruta el momento y guárdalo como un recuerdo agradable que te dé la motivación para volverlo a crear.

Claves para disfrutar del reencuentro familiar

1. No tengas expectativas: ve dispuesto a dar, a compartir y no a recibir. Esto hará que disfrutes mucho más de la reunión.

2. Celebra sus éxitos: alégrate por los logros o los éxitos que hayan conseguido, celebra junto con ellos desde el corazón.

3. No te fijes en lo que tienen: más importante que el costo o el lujo de las cosas que los rodean es tener la oportunidad de pasar un buen rato con ellos.

4. Comparte las experiencias positivas: hablar de las cosas buenas potencia el bienestar y la armonía del encuentro. Evita salpicar la conversación con comentarios negativos, a menos que sean de la incumbencia de todos.

Desconozco el autor

Susana A. Siguelboim R.
ICQ N° 86953461
Jerusalem Israel
"el pasado es polvo, el futuro es viento,
si amas perdona, si no amas olvida...
pues el amor nunca muere,
solo cambia de lugar..."

Publicar un comentario

(Si no dejó aquí ningún comentario anteriormente, quizás necesite aprobación por parte del dueño del sitio, antes de que el comentario aparezca. Hasta entonces, no se mostrará en la entrada. Gracias por su paciencia).

  Chat
Servicios Turisticos
Politica de Privacidad - Privacy Policy