Parashat ha'Shavúa , - 17 Elul, 5766
Shavúa Tov MeHa'Hillel sheKayam lifne sheHayu Batei Hillel.
Una Buena Semana desde la primera casa de Hillel de los EE.UU.
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Puesto que este viernes hablaremos de Rosh Ha'Shaná, esta semana nos dirigiremos a la parashá (sección seminal) que se llama <<Nitzavim>> encontrada en el Libro de Deuterónomio 29:9-30:20. Nitzavim funciona como un preludio perfecto a las Altas Fiestas. Es posible decir de esta sección semanal que es una exploración en la naturaleza humana y en la manera que debemos utilizar los regalos divinos de auto-autorización (empowerment) colectiva y personal.
La sección es la parte final del gran discurso de despedida a la nación de Moisés. En ello encontramos varias suposiciones no habladas. La primera es que los seres humanos no somos ni malos ni buenos. Todos somos capaces de realizar grandes cosas. No obstante, a veces no logramos realizar nuestro potencial y fallamos a nosotros mismos y a nuestros prójimos. Nitzavim nos enseña que en la vida el derecho de escoger es nuestro. Así, el texto nos recuerda que por fin, solo podemos culparnos por los errores que cometemos. Nuestro éxito o fracaso en la vida depende no de los otros sino de nosotros y la manera que elegimos vivir.
La segunda suposición que se encuentra en esta sección semanal es que no es fácil aceptar los cambios en la vida. Moisés nos recuerda que debemos aprender a vivir con los cambios de la vida, y que debemos darnos cuenta que la vida no es un substantivo estático sino un verbo dinámico (en hebreo el concepto de "vida" siempre se expresa como verbo en vez de substantivo). Para aceptar los cambios de la vida hay que confiar en D'os y en nostros mismos.
La sección es la parte final del gran discurso de despedida a la nación de Moisés. En ello encontramos varias suposiciones no habladas. La primera es que los seres humanos no somos ni malos ni buenos. Todos somos capaces de realizar grandes cosas. No obstante, a veces no logramos realizar nuestro potencial y fallamos a nosotros mismos y a nuestros prójimos. Nitzavim nos enseña que en la vida el derecho de escoger es nuestro. Así, el texto nos recuerda que por fin, solo podemos culparnos por los errores que cometemos. Nuestro éxito o fracaso en la vida depende no de los otros sino de nosotros y la manera que elegimos vivir.
La segunda suposición que se encuentra en esta sección semanal es que no es fácil aceptar los cambios en la vida. Moisés nos recuerda que debemos aprender a vivir con los cambios de la vida, y que debemos darnos cuenta que la vida no es un substantivo estático sino un verbo dinámico (en hebreo el concepto de "vida" siempre se expresa como verbo en vez de substantivo). Para aceptar los cambios de la vida hay que confiar en D'os y en nostros mismos.
La tercera lección que se aprende de esta parashá es que hay una relación amorosa entre D'os y su pueblo. El amor divino se manifiesta tanto en lo macro cuanto en lo micro. Por eso, cada uno tiene el derecho de reparar sus errores, de volver a D'os por medio de "teshuvá." Teshuvá no tiene traducción exacta en castellano, más o menos significa "reparar los fallos de uno por confesarlos, por pedir perdón a nuestos prójimos, por corregirlos, y por abrir un nuevo capítulo de la vida." Teshuvah solamente acontece cuando reparamos nuestras relaciones con nuestros colegas, amigos, parientes, y queridos, y cuando estamos dispuestos a reparar nuestra relación con nosotros mismos. Nos enseña que no vale la pena quejarse, que lo que provoca el cambio verdadero es la manera en que nos comportamos.
Nitzavim, entonces nos enseña que somos capaces de fallar pero también somos cápaces de renovarnos, de cambiar el rumbo de nuestra vida y de comenzar de nuevo. Teshuvá no depende de nuestras palabras sino de nuestras acciones. Así en esta semana antes del año nuevo tenemos la obligación de preguntarnos si estamos listos para hacer teshuvá y hacer el mundo un lugar mejor.
Rabbi Peter Tarlow