B´h Eijá. ¿Cómo puede ser que esté pasando todo esto? Por Rabino Ale Avruj
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1/8/2006
(Especial para AJN).- Si nos preguntamos si acaso el Estado de Israel de hoy está en peligro de desaparición, si acaso esto que parece fantasía puede ser real, la historia nos enseña que ya ha sucedido en otras ocasiones.
Somos hijos y nietos de 6.000.000 de “civiles” asesinados en los campos de exterminio nazi en Europa. El mundo lo sabía. Lo pudo haber detenido. Pero sólo se preguntaron: ¿Eijá? ¿Cómo? ¿Cómo pudo pasar un desastre como éste? Y entonces empezaron a construir museos y monumentos en recuerdo a la Shoá y a la vergüenza de haber callado. Clic en título |
El calendario de nuestra tradición es muy sabio. Está plagado de fiestas y tiempos de celebración. Las festividades duran varios días, y tenemos la más importante de las fiestas nada menos que una vez por semana en cada Shabat. Quizá tenga que ver con lo difícil de la historia del pueblo judío. Un desastre tras otro, expulsión y exilio como estigma en las generaciones, tradujeron que marcáramos en negro algunos pocos días en el año, uniendo varias tragedias en una misma fecha. En esta semana recordamos el trágico día de Tisha beAv. El 9 del mes de Av ha sido marcado a fuego en nuestra historia. Hace 2600 años (586 A.E.C.) el Imperio Babilónico llegaba a Jerusalén y lo destruía todo. El primer Estado judío soberano de la historia era destruido, y el Primer Templo de Jerusalén se transformaba en cenizas. Leemos de la Biblia en este día, Meguilat Eijá. El testigo de la devastación, recorre poéticamente las calles de Jerusalén y se pregunta: ¿Eijá? ¿Cómo? ¿Cómo pudo haber pasado un desastre como este? ¿Cómo puede estar así de desolada la ciudad que fuera princesa entre las ciudades? ¿Cómo puede ser que todo sea llanto, lluvia en la noche, cautiverio, traición y muerte? Casi 500 años después los judíos volvieron a tener su estado independiente en Israel. En el año 156 A.E.C. logran recuperar su soberanía en la tierra de sus ancestros de manos de los griegos. El sueño no duró ni siquiera 100 años. Llegó Roma y se lo llevó todo. El definitivo final y el exilio llegaría en el año 70, un 9 del mes de Av con la destrucción del Segundo Templo. Recién 1900 años después volvimos a levantar nuestra bandera en Israel. Si nos preguntamos si acaso el Estado de Israel de hoy está en peligro de desaparición, si acaso esto que parece fantasía puede ser real, la historia nos enseña que ya ha sucedido en otras ocasiones. Somos hijos y nietos de 6.000.000 de “civiles” asesinados en los campos de exterminio nazi en Europa. El mundo lo sabía. Lo pudo haber detenido. Pero solo se preguntaron: ¿Eijá? ¿Cómo? ¿Cómo pudo pasar un desastre como éste? Y entonces empezaron a construir museos y monumentos en recuerdo a la Shoá y a la vergüenza de haber callado. Somos hermanos y padres de 85 “civiles” asesinados aquí en Buenos Aires hace 12 años un 10 de Av, en pleno centro porteño, por el mismo Hezbolla que lanza miles de misiles “artesanales” a ciudades repletas de “civiles” en el norte de Israel. Por la masacre en la Amia no tenemos ni un preso, ni un imputado, ni un sospechado, ni un procesado, ni un buscado. Solo se preguntan: ¿Eijá? ¿Cómo puede ser que no exista justicia, ni defensa alguna a los ciudadanos de un país soberano que es agredido en el corazón de su Capital? No podemos permitir que nos arranquen del mundo otra vez. No podemos dejar que un sueño que costó 2000 años y millones de almas, se apague. No podemos dudar cómo responder al escuchar que tan ligeramente se usan las palabras genocidio, holocausto, terrorismo, y crímenes de lesa humanidad contra Israel, cuando ha sido el único país que soportó andanadas de ataques suicidas de fanáticos asesinos cargados con explosivos en bares, restaurantes, colectivos, escuelas y shoping centers. Estos mismos ataques en Madrid, Londres o Nueva York, merecieron la condena internacional y hasta el ataque devastador a países como Afganistán e Irak. Solo en Israel son vistos como mártires que mueren por un ideal. No podemos admitir que se hable de hambre por la tierra, expansionismo y colonización en referencia a Israel, uno de los países más pequeños de la tierra, única democracia rodeada por más de 50 países árabes musulmanes que ocupan casi la tercera parte del planeta. No podemos menos que asombrarnos ante declaraciones tales como: “Israel tiene derecho a la autodefensa”. ¿Y quién no lo tiene? ¿Acaso, Ud. o yo o cualquier ser sobre la tierra no tiene derecho a defenderse? ¿Hay acaso que “aclarar” que Israel lo tiene? No podemos permitir que se diga ¿Eijá? ¿Cómo puede estar desolada la ciudad, otra vez? Hemos entregado el sur del Líbano hace 6 años y esto ocurrió. Hemos entregado Gaza hace 1 año y esto ocurrió. Si hasta hemos entregado Hebron, donde descansan los restos de nuestros padres Abraham Itzjak y Iaakov. Cuando nuestro patriarca Abraham llegó a la tierra que hoy pedimos como herencia, en la cima del monte Moriah prometió no mandar a la muerte a su hijo por ninguna cuestión de fe. Hoy, 4.000 años después seguimos enviando a nuestros hijos a la muerte. Según nuestra tradición cuando llegue el tiempo mesiánico, tiempo de paz para todas las naciones, ya no se celebrarán más las festividades del año. Todas serán dadas de baja en el final de los días. Solo quedará una fiesta para festejar. El 9 de Av. Tisha beAv día de desgracia, se transformará en tiempo de fiesta y celebración. Tiempo de esperanza y reparación. El 9 de Av será el día en que nazca el Mesías trayendo su mensaje de paz a los pueblos. Quizá podamos nosotros desde la tierra agilizar la pronta llegada de este tiempo. Que así sea. Alejandro Avruj es Rabino de la Comunidad NCI - Emanu El |
