14 de julio, ángel

Ahora ponte en el lugar del tercer trabajador de la luz, la mujer que no mostró su fuerza interior. No se apegó a su divinidad. Estaba en desequilibrio. Estaba tratando de cambiar el mundo y transformarlo con una agenda que era suya para conformarlo a cierta imagen de cómo ella deseaba que pareciera. Es por eso que la serpiente la mató. Si estás equilibrado en tus energías femenina y masculina, sabes que es un momento difícil y atemorizante y no puedes pensar lo suficientemente rápido y usar tus herramientas. Al confrontar a la primera serpiente harás una cosa que sencilla: respirar, respirar en la divinidad. Al practicar cada DÍA lo conviertes en algo inconsciente. Al inspirar, la divinidad entra con la respiración y la respiración te dará el equilibrio y anclará tu divinidad. ¿Y que sucede? Un suceso externo, un suceso aparentemente externo sucede y evita que seas presa de tu miedo. Eso te dará la sabiduría para comprender, en primer lugar, la razón por la que la serpiente ha estado ahí tomarás el tiempo para pensar por qué está el miedo ahí, la serpiente. Entonces verás que estaba ahí por una razón: cuando la oscuridad llega y el temor surge, y la serpiente sale dentro de ti, posee tu propia divinidad. Aspírala. Permanece en equilibrio. No trates de cambiar algo que no comprendes por completo. No trates de matarla. No huyas atemorizado. Permanece y posee tu propia divinidad. Pregunta a la oscuridad dentro de ti por qué esta ahí, qué necesita para ser liberada. Existe un desequilibrio de energía dentro de ti que necesita atenderse. Quizás había algún viejo remordimiento. O quizás es parte de una sabiduría que no se ha completado totalmente por lo que permanece en desequilibrio dentro de ti. La serpiente saldrá en el momento apropiado para dejarte saber que hay algo adentro que necesita ser liberado.