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Numero 132, Marzo 2006

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En este número:

 

  • "Pintor, si pintas con amor, píntame angelitos judíos, que también van al cielo todos los judíos buenos"
  • Pobreza voluntaria
  • El antisemitismo es una obsesión siquiátrica incurable
  • ¿Por qué solo un 40% de los árabes israelíes piensa votar?
  • El desempleo en Israel es hoy el más bajo de los últimos cinco años

 

 

"Pintor, si pintas con amor, píntame angelitos judíos, que también van al cielo todos los judíos buenos"*

 

Hace un par de días tuve una gran alegría, y luego, unas horas más tarde, una amarga desilusión. La alegr­ía me la dio una maravillosa noticia que leí en el periódico israelí Jerusalem Post. ¡El destacado predicador protestante bautista Jerry Falwell aceptó que los judíos que no se convierten al cristianismo también pueden llegar al cielo! Me alegré mucho ya que el cielo es un lugar donde me encantaría pasar la eternidad.

La desilusión no tardó en llegar. Pocas horas después leí en Internet una carta abierta de Jerry Falwell informando que el reporte era totalmente falso.

"Aunque apoyo al estado de Israel, - dijo - y amo al pueblo judío, al cual considero el pueblo escogido por Dios, es mi convicción que sólo puede entrar al cielo el que es cristiano y cree en el Señor Jesucristo".

(Que se va a hacer. Cuando llegue el momento tendré que contentarme con mirar al cielo desde lejos).

Es interesante comparar como tratan las distintas religiones a los que no comparten su fe.

El Islam, como muchos en el occidente recién se están dando hoy cuenta, considera al Cristianismo y al Judaísmo como religiones inferiores, cuyos creyentes son ciudadanos de segunda categoría. El Islam es una religión proselitista, sea por las buenas o por la espada.

El Catolicismo, hasta hace algo menos de 200 años, usaba la Inquisición para difundir su verdad, con fuertes argumentos que incluían la tortura y la hoguera. Recién en el siglo 20, desde el reinado de Juan XXIII, y especialmente bajo Juan Pablo II, la Iglesia ha optado por la tolerancia y convivencia con otras religiones, incluyendo al Judaísmo.

Los Protestantes creen que los judíos se convertirán en masa el Día Final, aunque hay sectas que prefieren no esperar a esa fecha, aún no especificada, y ya hace campaña misionera activa para convertir a los judíos.

El judaísmo, en contraste a otras religiones, que creen que solo sus fieles pueden llegar al cielo o al paraíso, no es exclusivista, y mantiene que las puertas del cielo están abiertas para todos los descendientes de Noé, (antecesor de la humanidad, según la Biblia), si cumplen con las obligaciones universales que Dios, luego del Diluvio, expresó en el pacto, simbolizado por el arco iris, donde bendijo a Noé y a su simiente,  (Génesis capítulo 9). 

El Talmud, en la Tosefta, codifica estas obligaciones en 7 leyes, a las que llama "Leyes de Noé". Estas son; prohibición de idolatría, prohibición de blasfemia, prohibición de asesinar, prohibición de adulterio, prohibición de robar, prohibición de comer carne cortada a un animal vivo, y obligación de establecer cortes de justicia. Maimónides dijo que "todo aquel [no judío] que viva de acuerdo a estas leyes tiene asegurado su lugar en el cielo".

Los judíos tienen obligaciones adicionales impuestas por Dios en el Sinai, (tales como guardar el sábado y abstenerse de comer ciertos animales) que no rigen para los no judíos. Los "antipatizantes" de los judíos, por ignorancia o malicia, usan la frase bíblica "el pueblo escogido" para acusar a los judíos de tener un complejo de superioridad. Lo que la Biblia expresa con esta frase es que Dios escogió a los judíos para darles la Torá y los 10 Mandamientos. "Pueblo escogido" es un concepto teológico que implica mayores obligaciones y responsabilidades, pero de ningún modo mayores privilegios o superioridad judía sobre otros pueblos. La Biblia relata innumerables casos cuando Dios reprocha y castiga al pueblo judío por no cumplir con sus preceptos.

(No solo es Dios quien exige más del pueblo judío. También el mundo hoy juzga, critica, y hasta condena, a Israel por actos que no merecerían mención si fuesen realizados por otros países).

El cielo, según el judaísmo, tiene, figurativamente, anchos portones, es de tamaño infinito, no tiene limitación en el número de sus habitaciones, no acepta reservaciones previas, y no discrimina por religión, sexo o color de la piel. Todos los hombres y mujeres de comportamiento ético son bien recibidos.

 

* Basado en "Angelitos negros", canción de Eloy Blanco y Álvarez Macist

 

 

Pobreza voluntaria

 

El nivel de pobreza en la sociedad haredí (ultra ortodoxa) en Israel es el doble del promedio nacional. La explicación está en la siguiente parábola:

Los ángeles, compadecidos de la pobreza en la que están sumidos los ultra ortodoxos en Israel, le preguntaron a Dios, "¿Cómo puedes permitir que esta gente, la más piadosa y la que más estrictamente sigue tus mandamientos sufra tanta pobreza?" Dios les contestó, "Si trabajasen, yo tendría gran satisfacción en asegurarles buenas entradas y vida libre de preocupaciones financieras. El problema es que no quieren trabajar".

Uno de los 10 Mandamientos dice: "Seis días trabajarás y harás toda tu labor, pero el sétimo día no harás ningún trabajo". Los ultra ortodoxos en Israel cumplen escrupulosamente con la parte del mandamiento que exige no trabajar en el Shabbath, pero no ponen similar énfasis en cumplir la primera parte, esa que dice "Seis días trabajarás y harás toda tu labor". Los ultra ortodoxos han olvidado, o tal vez no le dan mayor importancia a lo que Rabán Gamliel, hijo de Yehuda HaNasí, dice en Pirkei Avot 22: "Cosa excelente es el combinar el estudio de la Torá con una ocupación mundana, porque el trabajo que ambas cosas exigen hace que uno se olvide el impulso hacia el pecado. El estudio de la Torá sin trabajo, lleva al pecado y será fútil al final."

La pobreza de los ultra ortodoxos es hasta cierto punto voluntaria ya que muchos de los padres de familia optan por estudiar los libros sagrados en vez de trabajar. Y aún si quisieran trabajar, son pocos los ultra ortodoxos que han recibido la educación profesional que les permitiría recibir un ingreso razonable.

Los numerosos hijos que tienen, (son comunes las familias con doce o mas hijos) también contribuye a su pobreza.

La pobreza y falta de trabajo de los ultra ortodoxos en Israel no se encuentra en las comunidades de ultra ortodoxos en los Estados Unidos, donde la mayoría trabaja en negocios y profesiones.

Pero seamos justos. Los ultra ortodoxos israelíes no tienen completa culpa de esta situación. La ley en Israel permite a los jóvenes ultra ortodoxos no hacer servicio militar si dedican todo su tiempo a los estudios sagrados, en vez de trabajar o adquirir una profesión, lo cual equivale prácticamente a inducirlos a que no trabajen.

Por suerte para ellos la proporción de mujeres ultra ortodoxas que trabajan es similar al promedio nacional, a pesar de que el número de sus hijos en mucho excede al de las familias seculares.

 

 

El antisemitismo es una obsesión siquiátrica incurable

 

El antisemitismo es una obsesión siquiátrica incurable, que puede acarrear consecuencias mortales, no para el antisemita sino para el objeto de su obsesión.

Esto lo ha demostrado el reciente trágico caso del joven judío francés Ilan Halimi torturado sádicamente durante tres semanas por musulmanes franceses inmigrantes de la Costa de Marfil. Halimi fue encontrado en las afueras de París, desnudo, con las manos atadas, con muestras de cortes y quemaduras. Murió en el camino al hospital.

Se calcula que la población mundial consta hoy de seis mil quinientos millones de personas, de las cuales 13 millones son judíos. La quinta parte del 1%. Es difícil entender la obsesión de antipatía y odio contra un número tan reducido de personas, que existe aún en países donde no hay presencia judía.

Teodoro Herzl propuso que los judíos abandonasen los países donde eran una minoría perseguida, para establecer un estado independiente en su patria ancestral, con lo cual, Herzl estaba convencido, el antisemitismo desaparecería.

Lamentablemente, la esperanza de Herzl no se cumplió. El antisemitismo es hoy más activo que en cualquier otra década desde la época de Hitler. Y el estado judío, Israel, es blanco del oprobio, denigración y odio de las naciones, similar al papel que al judío le ha tocado desempeñar en algunas de las sociedades donde vive.

Criticar a Israel es legítimo, pero cuando se juzga al estado judío con un standard distinto del que se aplica a otras naciones, eso constituye antisemitismo. Un ejemplo es que el mundo considera natural que en Israel viva una minoría árabe que goza de los mismos derechos democráticos, pero que a la vez no le moleste el hecho que en muchos países árabes no se permite a los judíos radicarse o siquiera visitar.

El eminente estudioso del Islam, Bernard Lewis, en su conferencia, "El Nuevo Antisemitismo", menciona que el más grave elemento de la judeofobia es acusar a los judíos de maldad satánica universal, cuyo clásico ejemplo es el popular panfleto "Protocolos de los sabios de Sión".

En el mundo occidental, dice Lewis, el antisemitismo ha pasado por tres fases:

a)      La fase religiosa comenzó con la demonización de los judíos y la acusación de deicidio, presentes ambos en forma virulenta en el Evangelio de San Juan. El judío, en esta fase, tenía la opción de convertirse y así eludir la persecución y la discriminación. Muchos de los que se convirtieron alcanzaron altas posiciones en la Iglesia y en la Inquisición. Durante siglos el odio a los judíos estuvo basado en la religión, hasta que el mundo se volvió básicamente secular, y rechazó el prejuicio religioso.

b)      La fase racial comenzó en España cuando numerosos judíos fueron forzados a convertirse al cristianismo. Debido a que habían dudas sobre la sinceridad de la conversión, los españoles inventaron el concepto de "pureza de sangre" para diferenciar entre los antiguos y nuevos cristianos. Ese fue el inicio del antisemitismo racial que llegó a su expresión máxima con el régimen nazi fundado por Hitler, que no permitió escape para el judío o para el descendiente del judío. Cuando el mundo, al terminar la Segunda Guerra Mundial, se enteró del genocidio perpetrado por los alemanes y sus aliados, el antisemitismo racial se desacreditó.

c)      La fase política e ideológica, que usa como pretexto el conflicto israelí palestinos, provee hoy un disfraz moderno y aceptable a una obsesión psiquiátrica que comenzó hace dos mil años, y le permite asumir una actitud de superioridad moral. El antisemitismo ideológico es similar al antisemitismo religioso de la primera fase ya que también permite al judío "convertirse", abandonar su identificación de judío, y volverse judeofobo. Los ejemplos abundan tanto en el mundo en general como en el mismo Israel.

 

 

 

 

¿Por qué solo un 40% de los árabes israelíes piensa votar?

 

Dentro de tres semanas se realizarán las elecciones en Israel. De acuerdo a las encuestas sólo un 40% del electorado árabe israelí, que constituye 20% de la población de Israel, votará.

Este bajo índice de votación se debe a que los parlamentarios árabes elegidos, en vez de trabajar por el progreso de su electorado, concentra sus energías en demostrar antipatía por Israel como Estado Judío, da apoyo ideológico a los enemigos de Israel, y manifiesta simpatía y comprensión hacia los terroristas palestinos.

Algunos ejemplos: Ahmed Tibi fue consejero personal de Arafat. Azmi Bishara elogió en un discurso público dado en Siria la "exitosa guerra de guerrillas de Hizballah, y las bajas que causó a Israel". Muhamad Barakei atacó físicamente a policías en una protesta de palestinos contra el Cerco de Separación.

Pero la responsabilidad por esta situación la tienen realmente los votantes árabes israelíes. Son ellos los que, en vez de escoger representantes que luchen por el progreso de su comunidad, prefieren enviar a sabiendas a la Knesset parlamentarios cuyo objetivo es la destrucción de Israel.

 

 

El desempleo en Israel es hoy el más bajo de los últimos cinco años

 

El números de desempleados en Israel es hoy 250,000, equivalente al 8.8% de la fuerza laboral, la figura más baja de los últimos 5 años.

Durante el año 2005 se crearon 93,000 nuevos puestos de trabajo: 15,000 en servicios financieros; 12,000 en negocios mayoristas y minoristas; 10,000 en educación; y otros 10,000 en salud y servicios sociales.

El objeto del gobierno es llegar en un par de años a un desempleo máximo de 3% o 4%.

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