Shavúa Tov MeHa'Hillel sheKayam Lifne sheHayu Batei Hillel.

Una Buena Semana desde la primera casa de Hillel de los EE.UU.
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Es tal vez muy apropriado que en las semanas antes de la temporada de regalar que leemos de la parashá que se llama "VaYishlaj/él mandaba/daba." (Gen. 32:4-36:43). La parte de la parashá más famosa trata de la lucha interna de Jacobo con el "ish" (una palabra imprecisa hebrea que significa "el otro," o "un angel," o hasta "si mismo.") En esta lucha Jacobo se hizo en Israel y una familia se transformó en una nación. Hay en esta parashá, no obstante, mucha más que la historia de esta lucha. El lector cuidadoso también se fija en el hecho que esta sección semanal habla de los regalos y sin decirlo explicitamente, su significado.

El texto nos presenta la idea de regalar como una parte del plan de Jacobo para reconciliarse con su hermano. Es de notar que el texto usa varias palabras hebreas para la palabra "regalo." Una es "minjá" y la otra es "brajá." Si leemos el texto con cuidado notamos que significan la misma cosa. Aunque la Biblia no nos da definiciones exactas, parece que una "minjá" es un regalo material, una cosa que va de una persona a otra persona o de un ser humano a D'os. Una "brajá" en cambio, no es algo material. Es un regalo de sí mismo, cuyo próposito es unificar las almas a través del cariño en vez del materialismo. Las dos clases de regalos sirven un próposito pero son diferentes. Es por eso que el texto nos enseña que debemos hacer un equilibro entre las dos.

¿Hemos perdido este equilibrio? ¿Nos interesan tanto las minjot (plural de minjá) que ya no faltan las brajot (plural de brajá)? ¿Valoramos las fiestas por las cantidades de dinero que gastamos en una minjá en cuantos regalos recibimos de los otros? El texto para esta semana nos enseña que nunca ganamos el cariño ajeno por lo material. Se olvidarán estos regalos. Son las brajot, (las bendiciones, los regalos espirtuales, los regalos de nuestra alma) que se recordarán y se apreciarán.

¿Ha perdido este equilibrio el mundo occidental? Quizás VaYislaj nos enseñe una lección importante. Nos pide que busquemos lo espiritual y sagrado en cada persona, y que recordemos que son las brajot (los regalos del alma) que reparen los corazones rotos, unifiquen los hermanos, y se recuerden para siempre. Aqui aprendemos que las cosas meramente son las cosas y con el pasar de los años significan mucho menos que los lazos espirituales que nos uñen.

¡Qué maravilloso habría sido si Esau sinceramente hubiera tenido una intención honrada con sus palabras: "VaYomer Esav yes li rav aji yhi l'já asher laj/Tengo suficiente mi hermano, que lo que sea tuyo siga perteneciendo a ti." (Gen 33:9)! Tragicamente Esau no habló con sinceridad. La idea que expresó, sin embargo, es un objetivo que todos debemos considerar, la reducción de lo materialístico, de lo egoístico y el conocimiento que todos debemos medir a nuestro prójimo no por sus pertenencias sino por la profundiad de su espíritu. Unos pensamientos para considerar mientras los comereciales de diciembre nos bombardean y nos exigen que valoremos la vida solamente por las cuantidades de cosas que hayamos adquerido.

Rabbi Peter Tarlow