Solo un recuerdo

Solo recuerdo que la casa, tenía un gran portón

envuelto en enredaderas, de un primoroso color.

Entrada era a un paraíso de sueños y de emoción.

La casa de mis abuelos, una estancia, un paredón.

Un día llegué corriendo casi saliéndome el corazón

como que algo pasaba, y en realidad algo pasó.

Abuela con los ojos llorosos a recibirme salió

y abrazándome fuertemente su saludo de bienvenida me dio.

¡Es tu nieta! ¿No la recuerdas? Pero el ni se inmutó.

Solo con sus ojos azules, dulcemente me sonrió.

Pues ¡que niña mas bonita! Dime ¿de donde salió?

Es la hija de tu hija, pero el parece que no entendió.

Abuelo ¡que no me conoces! Pero ausente continuó.

Solo reía y reía, e incoherencias solo pronunció.

Pues mira ¡no puedo abrazarte! Tengo sucio el pantalón

tu sabes que aquí en España trabajo en las minas de carbón.

Abuela apretó mi mano y a callarme me indicó.

Una rara enfermedad en la mente de mi abuelo se apoderó.

Vive ausente de esta vida, hasta su nombre olvidó.

Todo el día habla de la guerra, llora, ríe, vive preso en su interior.

El Alhzeimer sus neuronas totalmente destruyó

y el que hasta ayer regalaba vida, en un despojo se convirtió.

Fue allí que crecí de golpe, pero el corazón se me achicó,

Dios me había cambiado a mi abuelo y acostumbrarme me costó.

Todo el año yo soñaba con este tiempo de vacación.

Cazábamos mariposas juntos, íbamos a pescar también los dos

Me deleitaba en correr a los “teros�?, y atrapar gatos era su obsesión.

Se ponía una escafandra y de sus colmenares sacaba su provisión.

¡Que cosas que tiene la vida! ¡Que extraños los designios de Dios!

Hoy miro con nostalgia tu silla, tu boina y tu bastón.

Fuiste parte de mi historia ¡inmigrante polizón!

Porque aun sin recordarme solo me brindaste amor.

Autora: Libia Beatriz Carciofetti //Argentina
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