Me quema el pensamiento

Silencio desconocido y ausente,
clara vertiente derramada en ti...

Venimos paso a paso, despacio...
bordeamos caminos, los dejamos...

Reposo... blanca ribera,
clave interna que esconde
mi Esperanza ida...
¡Vuelve,
recoge mi súplica,
muéstrame mi Luna...
ensambla mi destino...!

Me quema el pensamiento
sin aire, sin alas...
Punto de mira... hostil, extraño...
hueco...
Vacío inmenso... que hay que llenar.
Resuenan, mudos,
los ecos de mi voz...
Oigo el sonido de mi silencio
cuando llega al tuyo con estrépito:
susurros de paz que devuelven
susurros de inquietud...
Coraza permitida,
como dolida amante de estricta dureza...

No me des más de ti,
detén tu insana costumbre.
He rasgado mis muros de madera
que arden sin arder,
apagando mi fuego.
Tan sólo quedan...
minúsculas astillas decorando mi piel.
Déjalas donde están, las necesito.
Sin ellas... no recordaría
que he de olvidarme... de mí...

Hubiera podido acercarme,
estar contigo,
reflejarme en tu fondo,
confirmar tu estampa y a tu cayado asirme.
Mas mi ser no lo permite, no sabe
de desamores
ni de amores perdidos entre amores no hallados...

Si a tu paso llegara, si te alcanzara,
mírame sin miedo, ¡ya me he ido!

Alicia Avalon