Parashat Ha'Shavúa: 7 Av, 5765
Shabbat Shalom MeHa'Hillel sheKayam Lifne sheHayu Batei Hillel.
Shabbat Shalom desde la primera casa de Hillel de los EE.UU.
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Este sábado por la noche comenzamos no solamente la nueva semana sino también el ayuno veraniego de Tishá b'Av. También empezaremos nuestra lectura anual del 5/o libro de la Torá, Sefer Dvarim, el cual se conoce en traducción castellana como "El Libro de Deuterónomio." No es fácil relacionar la lectura de esta sección semanal con el ayuno de Tishá b'Av. No obstante, si leemos con mucho cuidado podamos ver entre ellos un meta-nivel profundo que los unifique.
En Tishá b'Av recordamos los disastres nacionales: la destrucción de los dos grandes Templos de Jerusalém, el primero en 586-AEC y el segundo en 70-EC. Otros también dicen que los españoles católicos comenzaron su Inquisición en aquel día y llevaron a cabo la expulsión ilegal de los ciudadanos judíos de España en esa fecha del año 1492.
Estos desastres nacionales provocaron una gran cantidad de comentario rábinico. Entre sus comentarios vemos un tema: que no nos ayuda ser "defensivos" y culpar a los otros. Al contrario, en vez de simplemente culpar a los otros, debemos estudiar nuestros errores y repararlos. Un concepto que los rábinos notaron es que las batallas no son pérdidas simplemente a causa de una falta de poder militar sino a causa de lo que se llama en hebreo, "sinat-jinam." Esta palabra es difícil traducir pero significa, del una bajada de ánimo nacional debido del chismorreo, del odio sin base, de la envidia, deseo de criticar y del deseo de poner las necesidades políticas encima de las necesidades nacionales." Sinat jinam es el acto de quejar por quejar, de envidiar los logros de nuestros prójimos y la falta de unidad social que se resulta en la arrogancia de estar seguro que solo uno tenga razón.
En oposición al concepto de "sinat jinam" tenemos la parasahá (sección semanal) para la nueva semana. Parashat Dvarim (Deut. 1:1-3:22) nos recuerda la importancia y las consecuecias de palabras. La sección empieza con las palabras "Eleh ha'dvarim asher Mosheh dibber el col yisrael.../estas son las palabras que Moisés hablaba a todos los ciudadanos de Israel (1:1). El lector cuidadoso se va a preguntar para qué se necesita la palabra "col" (cada uno, todos). La frase se lee igual sin la palabra. La respuesta rabínica es que la palabra "col" se refiere a cada uno de nosotros al unirnos como un colectivo. Es decir, que podemos elegir ser una sociedad de sinat jinam, de rencor y de orejizas, o podemos prestar atención en el uso de nuestras palabras para crear un sentido de unidad y de amistad nacional.
La lección es que cuando hay sinat jinam la sociedad se llena del egoísmo, pronto se convierte en desacuerdos nacionales reultando en la calamidades nacionales. En cambio, al escoger nuestras palabras con cuidado creamos una unficación nacional y convertimos la santidad de palabras en mitzvot y éxitos nacionales.
Este quinto libro de las Escrituras hebreas y el último de la Torá se llama Dvarim (las palabras que resultan en acciones). Nos enseña que cómo escogemos nuestras palabras hace un gran papel en nuestro propio destino y en el de nuestro pueblo.
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Se obeserva el ayuno de Tishá b'Av este año entre el puesto de sol de 13 hasta el puesto de sol de 14 de agosto.
Rabbi Peter Tarlow