Parashat Ha'Shavúa:24 Tamuz, 5765
Shavúa Tov MeHa'Hillel sheKayam Lifne sheHayu Batei Hillel.
Una Buena Semana desde la primera casa de Hillel de los EE.UU.
__________________________________________________________________
Esta semana terminamos nuestro estudio anual del Libro de Números con la parashá que se llama "Masé" (caminatas, viajes a pie). La van a encontrar el el Libro de Números 33:1-36:13.
Durantes las semanas anteriores recientes nos hemos fijado en una serie de desafíos intelectuales e ironias. En todas estas secciones supimos que mucho fuera distinto de lo que pensamos. Ahora en esta última parashá del libro encontramos otro desafío intelectual. La Torá claramente nos enseña que el asesino es ilegal y nunca justificable. De hecho, el mandamento "Lo tirzaj" (No Asesine) es uno de los diez mandamentos (Noten bien que el texto no dice: "Lo taharog/No Mate" sino dice: "Lo tirtzaj/No Asesine"). Ahora leemos lo que nos parece ser una contradicción. En el versículo 6 del capítulo 35 se lee algo bastante raro. Dice "....Shesh arei-miklat asher titnu lanus shamah ha'rotzeaj/Darán (Harán) seis ciudades de refugio a las cuales el asesino puede huír allá..." Logicamente la pregunta es: ¿Cómo permitimos que un asesino huya a una ciudad de refugio si el acto de asesinar claramente es ilegal y prohibido?
Aunque el texto no da una respuesta clara a esta contradicción paradójica, la halajá (jurisprudencia judía) nos la clarifica. Nos dice que un asesino culpable no puede aprovechar de ellas, pero a la vez, nos presenta la idea que no siempre sabemos si el "perpetrante" es "horeg" ("matador"), o "rotzeaj" (asesino) o "memit" (alguien que causara una muerte por accidente). Es decir que en la halajá se ve una diferencia bien clara entre la persona que asesina en sangre fria y el que causara una muerte involuntaria. También nos recate que los hechos no siempre son obvios, que lo que parece ser "retzaj" (asesino en sangre fría), de hecho no lo sea. Nos enseña que a menudo vivimos el lo gris en vez de lo blanco y lo negro. ¿Es por eso que se nos dieron las arei-miklat/las ciudades de refugio? No eran lugares adonde los culpados podían huír sino sitios donde la sociedad podía tranquilarse, y dejar de ejecutar conclusiones falsas que resultasen en el derramamiento de sagre inocente por haber declarado un inocente culpable.
Tal vez nuestros medios de comunicación actuales necesiten este principio. ¿Cuántas veces, utilizando nada más que sus suposiciones sin base en hechos verdaderos, declaran cupable los medios de comunicación al inocente?
El Libro de Números, entonces, comieza con los datos duros (el censo) y termina con una advertencia. Nos enseña que no deberíamos hacer conclusiones que sean falsas, y nos pide que hagamos nuestras conclusiones con calma y de hechos. Nos recuerda que es fácil condenar y difícil mostrar la compasión. Nos enseña que lo que vemos no siempre es lo que deberíamos creer.
Son lecciones importantes para un mundo que se declara racional pero muchas veces se conduce por medio de las emociones en lugar de los datos. ¿Que opinan Uds?
Rabbi Peter Tarlow