No te estamos pidiendo que abandones tus trabajos, que abandones lo que haces. Te estamos pidiendo sencillamente que te apartes de lo que tienes enfrente. Si sientes la necesidad de involucrarte en esa situación, te pedimos que no lo hagas, que te retires. Imagina un muro bajito y permanece tras él. Conscientemente pasa al otro lado del muro. Permanece del otro lado del muro y simplemente observa lo que está sucediendo. Observa la dinámica de lo que ocurre del otro lado del muro. Si se trata de una discusión familiar, en lugar de tomar un bando y decidir convertirte en moderador o pacificador de la discusión, simplemente no te dejes enredar en el conflicto. Conscientemente permítete cruzar al otro lado del muro. Permanece del otro lado como observador. Será difícil para ti, porque fuiste entrenado para ir a tratar de cambiar las situaciones. Haz lo que te pedimos durante un tiempo. Elije quedarte en este espacio de aceptar y permitir, empezarás a entender la dinámica de la creación. Te convertirás en observador. Literalmente empezarás a ver los patrones de energía alrededor de las otras personas, de las situaciones. Empezarán a ver rayos luminosos y patrones de energía. Al pasar a este lado del muro, al de la aceptación, verás un bellísimo, casi indescriptible, tapiz de brillante energía que está siendo tejido por los humanos. Amigo, has estado tan cerca de los acontecimientos que no has visto que hay un tapiz espiritual que se teje con cada pensamiento, cada acción, cada hecho. Al retirarte, serás capaz de ver el hermoso tejido de colores, texturas, diseños y energías, todos ellos creados desde el núcleo del amor en cada una de las situaciones que te rodean.