8 de agosto 2005, ángel
Ahora estamos listos para iniciar el nuevo trabajo. Estamos profundamente admirados por ti, incluso aunque tú no te sientas así en tu interior. Siéntelo salir de nosotros en este momento. Siente cómo se derrama. Querido maestro, has dado de ti mismo para permanecer en la Tierra, para estar aquí cuando otros lleguen al punto en sus vidas en que se hayan cansado de remar, cuando ya no comprendan, cuando hayan perdido su pasión, cuando sepan que es hora de despertarse a sí mismos. Para ellos, saber que hay otro (tú) que ha recorrido todo el camino y sobrevivido a la gran catarata será algo maravilloso. Les dará esperanza. Tú ya sabes que no podrás hacerlo por ellos, como nosotros no podemos hacerlo por ti. Pero ellos estarán frente a otro humano que ha recorrido el nuevo camino. Verán en ti a un maestro preparado para guiarlos y amarlos, para compartir con ellos. Desde ti llegarán a comprender su propia divinidad. Te pedimos que trabajes, durante el próximo mes de tu tiempo, en ubicarte en la aceptación de todas las situaciones. Ah, claro que será un reto. Pero lo harás muy bien. Habrá veces en que será tan irresistible querer curar a alguien o defender a alguien o cambiar algo. Simplemente permanece ubicados en la aceptación. Observa la dinámica de lo que ocurre. Ve cómo se teje el tapiz espiritual, comprende quién eres, el viaje que has recorrido y por qué estás aquí. Permítete a sentirte orgulloso de lo que has realizado. Respétate por lo que has hecho. Ha sido un largo camino. Te amamos, nunca estás solo.