Caminaba cabizbajo y con pasos inseguros, prestaba atención al ruido que hacían las hojas al pisarlas, el día estaba destemplado adelantando la tristeza de un otoño que recién se insinuaba, sumándose a un cúmulo de problemas que se le iban amontonando, formando entre todos un mapa imaginario de una realidad vivencial, cuyo argumento no era de él exclusivamente, sino que lo compartía con una interminable cantidad de personas que habitaban ese país, QUE EL MUCHACHO HAB�?A ABRAZADO CON TANTO FERVOR.

Si alguien lo hubiese estado observando, podría notar como de a ratos se encogía de hombros, parecía dar la impresión de no entender lo que le estaba pasando, en otros se le dibujaba una sonrisa, tal vez recordando momentos más gratos... A ESTA REALIDAD DEL PRESENTE.

¿Lo hizo todo tan mal? vaya uno a saber, de lo que si estaba seguro es que cumplió siempre con todos los requisitos ... QUE LA LEY DE LOS HOMBRES, IMPUSIERON DESDE ALL�? LEJOS... Y HAC�?A TIEMPO.

Habiendo dado la vuelta al parque varias veces, no encontró siquiera un atisbo de algo cierto que le indicara, cuales eran los pasos a seguir en esta encrucijada

En un momento dado levantó la vista y pudo observar la desolación del lugar, no se veía un alma y esto lo sumió más en su depresión, cerró los ojos un pequeñísimo instante tratando de cortarle la retirada, a una lágrima que furtivamente decidió suicidarse, arrojándose de sus ojos... al vacío, al abrirlos descubrió en un banco desocupado hacía segundos nada más, a una angelical muchacha, ensimismada en la lectura de un libro que tenía entre sus manos.

El joven sintió un estremecimiento en todo su ser, nunca le había sucedido nada igual, si a esto le agregamos la aparición casi milagrosa de esa mujer que se presentó allí como de la nada, era para asustar a cualquiera... Y ÉL NO ERA LA EXCEPCIÓN.

Describir la presencia de ella como caída del cielo no era nada fácil, su belleza tenía como un dejo de melancolía, también una paz que irradiaba y contagiaba al que estuvies en derredor, pero prevalecía sobre todas las cosas, una dulzura tan acariciadora que a uno lo hacía sentirse pleno.

Se dirigió hacia esa mujer como un poseído y más aún sin poder evitarlo, cuando estuvo a su lado la saludo diciéndole, que el estar ante su presencia lo llenaba de felicidad, agregando que sin duda, algún duende travieso la había puesto por suerte en su camino para alegrar en algo su desazón y encima, si observamos la forma en que apareció, hacía más interesante la situación.

¿ACASO SOS UN ANGEL? preguntó con mucho pudor, sonrió ella y de esa manera, se incrementaron las bellas facciones de su rostro y a continuación le contestó, lo que sucede contigo es algo que desgraciadamente, se da muy a menudo entre la gente.

Los problemas cotidianos que son realmente ciertos y preocupantes, merecen por supuesto nuestra atención, pero hacen que muchas veces no nos dejan ver otras cosas agradables que tantísimo bien nos harían... A NUESTRA TAN DETERIORADA CALIDAD DE VIDA, porque quién puede dudar que si miramos con atención a nuestro alrededor, descubriremos bellezas nunca vistas.

Y picarescamente acotó: atención que esto no lo digo por mi, sino que nos daríamos cuenta que podríamos emparejar la balanza para de esta manera... ¡SENTIRNOS M�?S REALIZADOS!.

Cuanta razón tenés, reconoció él avergonzado, yo me llamo ROBERTO ¿y vos ?, contestándole ella con mucha convicción... ¡ESPERANZA!..

Y COMO POR ARTE DE MAGIA ... DESAPARECIÓ....

Autor: Boris Gold
Buenos Aires - Argentina

Susana A. Siguelboim R.
ICQ N° 86953461
Jerusalem Israel
"el pasado es polvo, el futuro es viento,
si amas perdona, si no amas olvida...
pues el amor nunca muere,
solo cambia de lugar..."