No busqué en profundidades,
tampoco ningún Morgan me cedió un mapa.

Removiendo esas piedras que no importo
como topacios, esmeraldas bien verdes,
o púrpuras sílices tamaño limón,
en el fondo superficial de la riqueza que no respira,
encontré tu boca.

Tu alameda,
tu aroma.

Tu encuentro compartido de la rosa.

En los cimientos del mundo están tus pies
que mi almohada emigrante sueña.

Hay un país donde el pan habita en tus manos.

Hay incienso para mi dolor.

Volqué vino y me dio un pánico de ternura.

Hay cosas que no puedo batallar
amor de mi alma.

Hay amores a Dios que hasta maldigo al diablo.

Hay muerte
amor
en mi noche sin tu costilla.

Hay un tesoro que termina en canción
cuando el poema llueve.

autor: Ricardo D. Mastrizzo
Provincia de Santa Fe - Argentina

Susana A. Siguelboim R.
ICQ N° 86953461
Jerusalem Israel
"el pasado es polvo, el futuro es viento,
si amas perdona, si no amas olvida...
pues el amor nunca muere,
solo cambia de lugar..."
NO AL TERRORISMO